Hay toreros valientes, toreros artistas, toreros técnicos
e… Iván Fandiño.
El vasco es de los que no se rinden en la batalla ni aunque
se le acaben las balas.
Gracias a esta condición, esta tarde se ha proclamado
definitivamente como “torero de Madrid”.
La corrida de Valdefresno tuvo de todo
. Completo, ninguno.
Pero todos han tenido alguna buena condición, como por ejemplo la de humillar
o atisbos de nobleza.
Al sexto le habría tocado África en el sorteo, si hubiera entrado en quintas.
Y de cantinero, porque para la lucha no tenía ni intenciones, aunque fueran malas.
Fandiño ha desarrollado una solidez e inteligencia que le van a dar buenos réditos
sin necesidad de pedir el rescate.
La prima de riesgo se la pasa Iván por el arco de triunfo.
Ese ver desde lejos un toro que nadie veía ni de cerca le ha permitido
darle la vuelta al mal humor del gentío, disgustado por la poca gracia del toro,
y conseguir las ovaciones más fuertes de la tarde.
Por Paco Mora
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