Sucedió el pasado domingo en el transcurso de la V Corrida Magallánica conmemorativa de la vuelta al mundo. Ese “invento” del empresario sanluqueño Carmelo García, con tintes toristas, que tantas satisfacciones le está dando. Porque fue él también quien organizó en junio de 2019 la corrida de Miura en Utrera en la que Manuel Escribano indultó a “Tahonero”, el primer toro en la historia de la legendaria ganadería al que se le perdonó la vida. El suceso de la tarde tuvo lugar en el segundo de la suelta, un 'miura' que derribó en el segundo encuentro con el caballo, empujando con fijeza, haciendo pelea de bravo.
Así, ante la bravura soñada y deseada, el camero Esaú Fernández manifestó su campero concepto con un toreo de mano baja, largo e hilvanado, con el que alcanzó momentos notables. Sea como fuere, esa forma de lucir al excepcional toro, cuyos pitones araban la sal del artístico ruedo mientras el hocico la acariciaba, hizo extasiar de felicidad hasta los espíritus menos receptivos. Esaú Fernández se encontró con un toro noble y obediente a los toques. Con la mano derecha le atacó con la mano muy baja mientras el 'miura' metía la cara con cierta calidad. Con la izquierda logró algunos naturales de muy buena factura. El toro tuvo clase en la embestida. El público sanluqueño, siempre bonancible, pidió el indulto y el presidente lo concedió sacando el pañuelo naranja. Podría decirse que fue un 'miura' a contraestilo por su calidad. Se sensibilizó el público asistente con el bravo “Guineo” que, presto, se encaminó de nuevo a los carrales para volver a Zahariche, su hábitat natural para padrear.
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