Los toros cogen y casi todos los veranos resultan sangrientos.
Es parte de tan arriesgada profesión. El hule es un paso irremediable para curtir y ensalzar los difíciles caminos de todos cuantos se encuentran sobre el albero por donde un toro bravo discurra con su ancestral fuerza mitológica. Cada año el balance de percances resulta dramático y aún es muy bajo en relación al peligro existente en las evoluciones de una lidia que cada vez es más exigente.
La alta preparación de los equipos médicos aminora las consecuencias de cornadas de diagnósticos graves pero que dejan secuelas significativas en todos los sentidos.
Nunca deberían haberse prodigado las reapariciones tempranas tan comunes en el sector, cuando los plazos se acortan en exceso y se hace el paseíllo todavía con las heridas frescas .Por que no es solo es cuestión de sutura y analgésicos, el chispeante requiere de muchos condicionantes mentales y físicos en pleno rendimiento, el espectáculo es en el filo de la navaja y para ello cada cual debe estar super preparado. La heroicidad es otra cosa y los públicos deben valorar sin condiciones de convalecencias cada actuación.
El toro no conoce ni distingue los galones del escalafón . El toro siempre puede descomponer los propósitos y las disposiciones de cualquier espada por muy figura que se le suponga. Se atropella la razón sin sentido, las prisas no pegan con el ejercicio del temple ante el cornúpeta.
Las ultimas fechas han sido un tremendo carrusel de partes facultativos . Roca Rey, Luque ,Miranda , Conquero , Fandi , El Cordobés , Cayetano , Cándido Ruíz..... Gracias a Dios no tenemos que lamentar una desgracia para la Tauromaquia .
Deseamos un pronta y total recuperación a todos antes de volver a los ruedos .
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