La Plaza de Toros de Campofrío es considerada como la más antigua de España.
Inaugurada en 1718 su historia ha estado ligada a la de la pequeña localidad onubense.
En las estribaciones del Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche y la comarca minera de Riotinto en la que queda enclavada, encontramos la pequeña localidad de Campofrío, un pueblo apacible de casas encaladas sobre las que destaca el perfil de la torre y la cúpula de la Iglesia San Miguel Arcángel, y que guarda un tesoro único. La plaza de toros de Campofrío es la más antigua de España.
Construido en 1716 e inaugurado en 1718, en este coso taurino de planta circular se celebraban festejos antes que en la Maestranza de Sevilla o en la plaza de Ronda. Y aún hoy continúa siendo escenario de corridas a cargo de toreros de toda la geografía nacional. Este verano ha cumplido 300 años de historia y ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, recibiendo la protección pertinente como monumento de relevancia cultural no sólo de la provincia de Huelva, sino de Andalucía y España.
Uno de los aspectos que más sorprenden de la plaza de toros de Campofrío es el diámetro de 53,5 metros de su circunferencia, uno de los mayores del mundo, tan sólo por detrás de Las Ventas de Madrid, construida en 1929 con 61,5 metros, la de Ronda, que fue reformada y ampliada a los 66 metros, y la Maestranza de Sevilla. Teniendo en cuenta que el pueblo cuenta actualmente con unos 800 habitantes, podemos imaginar la envergadura del coso en relación al tamaño de la localidad, dando cabida a unas 1500 personas.Y es que la afición taurina de Campofrío se remonta muchos siglos atrás. La construcción de la Plaza se debe a la Cofradía del Apóstol Santiago, fundada en 1634 dada la devoción santiaguista presente entre los vecinos del pueblo, que es explicada por algunos historiadores a raíz del periodo de reconquista cristiana en el siglo XIII, que pudo llevarse a cabo en esta zona gracias a la Orden Militar de Santiago, encargada de expulsar a los moros que aún habitaban en la sierra onubense. De hecho, la fe en el Santo también está muy presente en otros pueblos de la región como Aracena, Zufre, Santa Olalla o Arroyomolinos de León.
Pero la Cofradía del Apóstol Santiago no sólo fue creada en Campofrío para el culto a su figura matriz, sino también para, según su acta de constitución, “proporcionar motivos de profano esparcimiento”. Este esparcimiento incluía fiestas donde fluía el vino y la comida y se lidiaban toros de cuerda en la plaza de la iglesia, coincidiendo con la festividad del Santo. No en vano, la Plaza de Toros de Campofrío fue inaugurada en 1718 en plenas fiestas jacobeas para albergar una práctica que cada vez era más habitual en la época, el toreo a pie.
Desde entonces, el coso ha estado estrechamente ligado a la historia de Campofrío, siendo escenario tanto de corridas memorables como de otras actividades lúdicas y culturales a lo largo de estos 300 años, tales como espectáculos ecuestres, conciertos o jornadas gastronómicas.
En el libro titulado ‘Campofrío, la Plaza de Toros más antigua de España’, editado por Iniciativa Cultural y la Diputación de Huelva, además de ofrecer un pormenorizado recorrido por la historia y las características arquitectónicas de la plaza, se recogen toda clase de recuerdos de los vecinos, documentados con fotografías, carteles y otras pruebas del vínculo de la plaza con la vida social de Campofrío.
Tanto para los amantes del mundo del toro como para aquellos interesados en la cultura y la historia de la región, la visita a la plaza de toros de Campofrío es ineludible. A pesar de dos remodelaciones realizadas en el siglo XX, la plaza continúa ofreciendo su imagen original, con su bonito perímetro de mampostería blanca enfoscada y sus detalles granates que la hacen única.
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