A efectos de que deparará el futuro inmediato a la Tauromaquia con el cambio de Presidente y de Gobierno, resulta demasiado prematuro. Sacar conclusiones de presunciones cuando se carece de datos seguros, resulta un ejercicio peligroso, que suele conducir al error, por más o por menos. Por eso hay que esperar a que Pedro Sánchez se asiente en la Moncloa, nombre al nuevo Gobierno y, dentro él, defina en qué Departamento se ubican las competencias en materia taurina y cual es la personalidad de su primer responsable.
Una vez concluidos los debates de la moción de censura, que traslada a la Presidencia del Gobierno al líder del PSOE, a efectos de la Tauromaquia ahora toca esperar a conocer quien será el nuevo Ministro que asuma la cartera de Cultura y dentro de ella la Secretaria de Estado de Cultura, o el organismo institucional que la venga a sustituir.
Es lo cierto, que en la etapa Sánchez, a diferencia de lo que ocurrió con su predecesor en el liderazgo socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, el mundo del toro no la ha tenido fácil. La cambiante postura socialista, del aquí voto una cosa y allá su contraria, ha traído más problemas que soluciones. No hay más que ver el preocupante panorama que dibujan aquellas instituciones en las que el PSOE participa directa o indirectamente.
A nivel nacional, queda la incógnita de si el PSOE mantiene o no el actual estatus jurídico de la Fiesta en la legislación general, como algunos de sus dirigentes dijeron en su día. A favor de la Tauromaquia juega que el país tiene un número importante de problemas muy relevantes, como para meterse a modificar, o incluso a anular, leyes como la 18/2013, para la regulación de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural, o de la 10/2015, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Pero nunca se sabe qué puede ocurrir. Entre otras razones porque primero hay que esperar a conocer las prioridades del nuevo Gobierno Sánchez, como hay que saber cómo piensa y qué planes tiene el ministro que asuma las competencias relativas a lo taurino.
En todo este contexto, a su vez, hay que situar la amalgama de paridos tan diversa que ha apoyado al nuevo Presidente. No constituye ningún misterio que la gran mayoría de esas fuerzas políticas no han sido favorables para los intereses de la Fiesta. Pero tampoco el grupo de Ciudadanos, que voto no a Pedro Sánchez, resulta garantía de nada, siempre a efectos taurinos, como se comprueba repasando las hemerotecas.
En tanto todas esas incógnitas no queden despejadas, todo juicio que se haga resulta prematuro. Tan sólo hay que esperar unas pocas semanas, porque de acuerdo con la práctica habtuali ese Ministro deberá comparecer en la Comisión parlamentaria correspondiente, para exponer su programa de actuaciones.. Allí se desvelará como pinta el futuro de la Fiesta.
Pero salga o no en dicha comparecencia parlamentaria, importante será comprobar cuáles son las posiciones que el titular de esa cartera ha manifestado a lo largo de su trayectoria política. Como también resulta muy relevante saber cuál de sus colaboradores ejercerá de forma directa las competencias taurinas. Pero en esa Comisión del Congreso sabremos también como se alinean las fuerzas parlamentarias, con indiferencia de si han votado a favor o en contra de nuevo Ejecutivo
De hecho, si se recuerda la etapa que se cerró el 1 de junio, a parte de que casi siempre tuvo que actuar sin el apoyo de terceros, más que las personas que ejercieron como ministro del ramo, lo que resultó decisivo a efectos de la Tauromaquia fue que primero en la Subsecretaría y luego en la Secretaria de Estado de Cultura estuviera Fernando Benzo.
Ya veremos lo que nos depara el futuro inmediato, aunque hoy no sea prudente partir de modo necesario desde unas posiciones pesimistas. Hacer presunciones apresuradas no conduce a ningún sitio. Pero hoy si es momento para, con independencia de cómo cada cual piensa, agradecer a Fernando Benzo todo lo mucho y bien que ha trabajado por la Tauromaquia.
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