Puerta, Leal, Román y Posada de Maravillas fueron volteados y sufrieron lesiones de distinta consideración.Una tarde maratoniana con ocho novillos, varios revolcones, una herida, una lesión de hombro y un sainete. Todo esto pasó en la primera de las Fallas.
Lo normal en el toreo es que haya todo eso, pero no el sainete que se originó en el séptimo novillo que había lesionado a Román en un hombro. El muchacho pasó a la enfermería y como manda el reglamento el diestro más antiguo se dispuso a seguir la lidia.Cuando Puerta había ejecutado algún muletazo apareció de nuevo Román que cuajó naturales con mucho sabor. Intentó matar pero después de un pinchazo tuvo que volver a la enfermería.
La autoridad se hizo un lío para saber a quien le correspondía rematar aquello. Al final fue Puerta. Lo cierto es que una vez que este torero había cogido los trtastos y cumplía con su iobligación no se debió permitir a Román retomar la faena. Un desaire para Antonio Puerta y un petardo de la autoridad. Al final Puerta mató cuatro novillos, dejó el recuerdo de alguos muletazos sueltosy se ganó el salario de verdad.
Lo mejor de la tarde en el tercer novillo, de clase excepcional y al que Román toreó soberbiamente al natural y mató de una soberbia estocada. Una oreja aunque la petición de las dos fue mayoritaria.
Juan Leal con el peor lote se plantó y dió la cara demostrando que valor le sobra.
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