Se vivió mucha tensión en los alrededores de la plaza de toros Santamaría de Bogotá minutos antes del comienzo de la corrida de reapertura del coso cinco años después de su clausura.
Un grupo de antitaurinos organizados insultó y agredió a los aficionados que hacían uso de su libertad de ir a los toros, a pesar del despliegue policial.
Unos aficionados que soportaron que les insulten, golpeen o escupan a la entrada de la plaza. Algunos testimonios recogidos por la emisora RCN hablan incluso de robos. Tanto es así, que también ha tenido que acudir los servicios médicos para atender a algunos de los agredidos.
La permisividad policial no impidió que con todo hubiera algunas detenciones. También algún incidente en el que se llegaron a usar gases lacrimógenos.
A pesar de todo, la plaza lució un aspecto inmejorable con los tendidos llenos para presenciar una corrida histórica en la que tomaron parte El Juli, Luis Bolívar y Andrés Roca Rey.
Este domingo antes de iniciar la temporada taurina a Bogotá, después de 5 años de prohibición, el ambiente tenso de las protestas ha generado que el Escuadrón Antidisturbios de la Policía Nacional disperse a los manifestantes con gases lacrimógenos.
Diferentes movimientos animalistas y en contra del maltrato animal convocaron marchas y plantones frente a la Plaza de Toros y zonas aledañas.
El jefe de Servicios de Feria Taurina, coronel José Gualdrón, informó que para evitar desmanes y desordenes que impiden al libre desarrollo del evento se dispusieron más de 1.200 uniformados.
El dispositivo de seguridad dispuso que solo podrían acercarse a las inmediaciones de la plaza los asistentes que contaran con entrada al evento, por lo que los manifestantes aprovecharon para gritar a coro “asesinos” a todas las personas que pasaban los filtros de la Policía.
Cuando los ánimos se calentaban y se complicaba el ingreso de las personas a la Plaza, en el intento de esparcir la multitud, se presentaron algunas agresiones entre manifestantes y Policías, que desató la reacción de las autoridades que dispararon los gases, a pesar de la presencia de adultos mayores y menores de edad en la zona de la carrera 7 y carrera 10 con calle 28.
“Entendemos la connotación del evento por el tiempo que duró sin realizarse. Pedimos a las personas que quieran entrar que lo hagan en calma y los que están protestando de la misma forma y se realice su manifestación en tranquilidad y sin desórdenses”, indicó el coronel Gualdrón
Sin embargo, los protaurinos se preparan para vivir una gran jornada y saborean las últimas horas mientras los toreros velan armas.
“Esto es una expresión artística y cultural arraigada aquí en Bogotá durante muchos años y un grupo de animalistas quieren acabar de tajo (con ella)”, dijo a Efe Alejandro Henao minutos después de comprar sus entradas.
Para él, la decisión de cerrar la plaza fue una “alcaldada” de Petro y aseguró entender “que no le guste a la mayoría” pero pidió que “se respete a las minorías” que disfrutan de la tauromaquia.
Por todo ello, considera que el regreso de los toros a Bogotá supone una “victoria del Estado de derecho”.
“No es la muerte final del toro, es una tradición que viene desde su crianza (...). Lo que sucede en la plaza es una serie de eventos, que incluyen caballos y música; es un todo muy hermoso”, subrayó.
No solo los aficionados, también quienes viven del negocio que se genera alrededor de la fiesta están felices del retorno, como Jairo Antonio Guevara que recorre las plazas de Colombia vendiendo cojines, sombreros o las tradicionales botas de vino.
Para él, que desde niño ha acudido a los toros, el regreso de la fiesta brava a Bogotá supone un triunfo y sobre todo una forma de recuperarse del “bajón tremendo” causado por el cierre de la plaza.
En su opinión, el problema es que “ahora la juventud es muy diferente” a la suya, que “nació con los toros y los lleva en la sangre”.
“Pero es necesario tratar de reunirse, hablar con ellos (explicar) que este es un espectáculo lindo y hermoso porque los toros de lidia son para eso: entrar al ruedo y a matar”, resume Guevara.
El vendedor confía en que los animalistas “con el tiempo vayan aflojando un poquito”, pero mientras tanto “El Juli”, Bolívar y Roca Rey harán las delicias de los aficionados, cuyos “olés” seguro serán acompañados por los gritos de “toros sí, toreros no” a la puerta de la plaza.
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