JUANVI DE LA CALLE,
UNA VIDA LIGADA AL TORERO
El mismo lo dice, el mozo de espadas es la figura más desconocida de la cuadrilla. Desde la sombra, sin alardes y pavoneos será el encargado de tener todo listo y preparado.
El mismo lo dice, el mozo de espadas es la figura más desconocida de la cuadrilla. Desde la sombra, sin alardes y pavoneos será el encargado de tener todo listo y preparado.
Gracias a su trabajo, brillantes manoletinas y vestidos impecables han gastado Víctor Méndez, Cristina Sánchez, Juan Bautista, Miguel Abellán, Manuel Díaz “El Cordobés” o su hermano el también matador de toros Álvaro de la Calle. Sus tareas, siempre un ritual, liturgia, puro protocolo.
Después de más de mil tardes ha compartido grandes momentos con compañeros tanto de la vieja como de la nueva guarda, por lo que anécdotas, miles. Nos cuenta una maravillosa que guarda con cariño. Una tarde en La Monumental de Barcelona junto a Víctor Mendes y un toro malo, malísimo. Molleja, el tercero, y yo en el callejón. El torero nos mira y suelta: "que mala suerte Molleja, no embiste uno" a lo que el banderillero contestó: "Suerte maestro, suerte, si usted se cayo de una avioneta y esta toreando"
Este profesional que define al torero como un loco que interpreta arte con personalidad propia y aflorante de valor, recuerda una de las frases del maestro Ordoñez la cual aplica al gremio “Para ser figura tienes que aprender a dormir en los asientos de los coches" y continua, qué razón tenia pues en plena temporada el asiento del coche de cuadrilla se convierte en uno de los mejores aliados del mozo de espadas.
Y siempre su mirada perdida se despeja cuando suena el reloj y esa frase que hace retumbar cualquier habitación: Maestro, la hora.
Después de más de mil tardes ha compartido grandes momentos con compañeros tanto de la vieja como de la nueva guarda, por lo que anécdotas, miles. Nos cuenta una maravillosa que guarda con cariño. Una tarde en La Monumental de Barcelona junto a Víctor Mendes y un toro malo, malísimo. Molleja, el tercero, y yo en el callejón. El torero nos mira y suelta: "que mala suerte Molleja, no embiste uno" a lo que el banderillero contestó: "Suerte maestro, suerte, si usted se cayo de una avioneta y esta toreando"
Este profesional que define al torero como un loco que interpreta arte con personalidad propia y aflorante de valor, recuerda una de las frases del maestro Ordoñez la cual aplica al gremio “Para ser figura tienes que aprender a dormir en los asientos de los coches" y continua, qué razón tenia pues en plena temporada el asiento del coche de cuadrilla se convierte en uno de los mejores aliados del mozo de espadas.
Y siempre su mirada perdida se despeja cuando suena el reloj y esa frase que hace retumbar cualquier habitación: Maestro, la hora.
Fdo: Victor Arrogante
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