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domingo, 16 de abril de 2017

Domingo de Pascua en Madrid


El Domingo de Pascua es todo un clásico en el toreo. Un día para ir a los toros y cuando el tiempo acompaña, como ayer en Madrid, la cita es tentadora. El cartel que ofrecía la nueva empresa de Madrid reunía, además, los alicientes que justificaron la buena entrada. Curro Díaz, convertido en un torero de esta plaza, y José Garrido, un valor joven, se anunciaron mano a mano, que a la postre tuvo muy poco de tal, pero que sobre el papel resultaba atractivo.

Por desgracia la corrida de Montealto resultó un muestrario de toracos con peso exagerado y famélicos de casta. Aparte del quinto, un jabonero con buen estilo, salió un saldo que apenas permitió a los dos espadas superar el listón de la dignidad.
 Un listón que Curro Díaz estuvo a punto de convertir en un salto de calidad. Y es que el torero de Linares cuenta con el gen de una estética admirable. Y eso le sirve para poner la plaza de Madrid a hervir, como ocurrió en ese quinto toro. Curro se desmayó en los muletazos por bajo en el inicio de la faena de muleta para seguir luego entre enganchones y muy ventajista en un toreo sobre ambas manos, especialmente sobre la derecha, en el que mezcló el buen gusto y en algunos muletazos con otros que rayaban en el trapazo.
Pero la sugestión popular hizo de bálsamo ante tanta incoherencia. Solo un horrendo bajonazo puso fin a ese espasmo colectivo y dejó todo en una ovación con muchas protestas que Curro Díaz salió a recibir desde el tercio e vez de hacerlo más tapadito. En sus dos toros anteriores cumplió con decoro ante el pésimo estilo de ambos ejemplares.

José Garrido dejó para el balance positivo dos intervenciones con el capote admirables, como esos lances a la verónica de hondura indiscutible a su primer toros y unas chicuelinas bordadas en el cuarto. Este torero tiene magia con el percal. Y tiene valor y se ciñe con la muleta como demostró en algunos momentos sobre la mano derecha en el segundo de la tarde. De ahí, para delante, todo fue un quiero y no puedo ante los mulos de Montealto.
Plaza de Madrid. Media entrada.
Toros de Montealto  tan grandes como descastados.
Curro Díaz , de azul marino y oro. Estocada tendida (palmas). Metisaca en los bajos y bajonazo (silencio). Bajonazo (saludos con protestas).
José Garrido , de grana y oro. Estocada desprendida (silencio). Estocada caída (silencio). Bajonazo, estocada caída, un pìnchazo y dos descabellos. Un aviso (silencio).

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