Repetimos: el toreo intrascendente
Escribí hace poco más un año un post titulado 'El toreo intrascendente'.
Ahí van unas líneas porque precisamente estos días la idea me volvía a rondar la cabeza.
Feria tras feria, mejores o peores, las figuras se dedican a amontonar pases, pim-pam-pum, así en plan sobrado, cortando orejas (quien sea capaz) de escaso fuste y valor, y si alguien les roba, vamos, se enterarán hasta en la China.
En cambio, si el toreo --ese arte emocionante y conmovedor-- no se aprecia ni de uvas a peras, aquí nadie se preocupa, nadie pone el grito en el cielo y clama que lo de verdad nos están robando es el toreo tal y conforme mandan los cánones.
Feria tras feria, mejores o peores, las figuras se dedican a amontonar pases, pim-pam-pum, así en plan sobrado, cortando orejas (quien sea capaz) de escaso fuste y valor, y si alguien les roba, vamos, se enterarán hasta en la China.
En cambio, si el toreo --ese arte emocionante y conmovedor-- no se aprecia ni de uvas a peras, aquí nadie se preocupa, nadie pone el grito en el cielo y clama que lo de verdad nos están robando es el toreo tal y conforme mandan los cánones.
Salvo contadísimas excepciones, el toreo actual no conmueve.
Aunque parezca mentira, en la actualidad sale un toro que es un exceso para la tauromquia moderna. El toreo que se hace desde el hilo, en posición de perfil, descarga la suerte, no manda, sólo tapa la embestida y, por lo tanto, sigue una línea recta, ni es toreo y al bravo y encastado no le provoca ni cosquillas.
Aunque parezca mentira, en la actualidad sale un toro que es un exceso para la tauromquia moderna. El toreo que se hace desde el hilo, en posición de perfil, descarga la suerte, no manda, sólo tapa la embestida y, por lo tanto, sigue una línea recta, ni es toreo y al bravo y encastado no le provoca ni cosquillas.
Sale un toro con un mínimo de casta, poder y pies, y a la neotauromaquia la deja en bragas. Salvo excepciones, caso de El Juli con una técnica más depurada, pero que no por ello queda a salvo.
El toreo de la pata para adelante brilla por su ausencia y ésta, después de muchas más, es la temporada de su constatación.
El toreo de la pata para adelante brilla por su ausencia y ésta, después de muchas más, es la temporada de su constatación.
El toreo ya no es tal, ya no es ese arte emocionante y conmovedor. Ni tampoco es que le sobren los referentes en activo.
El toreo, lamentablemente, se ha vuelto intrascendente.
Por Andrés Verdeguer.
1 comentario:
Bueno Pepe, muy bueno el artículo. Sabes que esta es mi forma de ver esto y que como dice el autor del mismo, el toreo se ha vuelto intrascendente... lamentablemente. O sea, que aburre. Pero creo que toca de manera muy sutil la otra parte de esta gran locura, y la que para mi es fundamental, EL TORO.
Pero esto es lo que vende y lo que lleva gente a las plazas (que no es lo mismo que llenarlas). Y a los que nos gusta ese toreo de suerte cargada y demás, luego nos tachan de MENTIROSOS. Y sabes que hace poco tuvimos ocasión de comprobarlo.
La afición se nos va como el agua de entre las manos Pepe, porque esto no es lo que me habian enseñado a amar. Cosas de la vida.
Un saludo.
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