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martes, 29 de diciembre de 2015

La Fundación contra la barra libre

La Fundación (del Toro de Lidia) avanza. No se trata de una logia ni una obra de teatro ni un contubernio ni una sociedad secreta, advierto para desinformados y reacios, se trata del organismo esperado, el necesario, apellídenlo como prefieran, puente desde el que debe dirigirse el rescate de la Tauromaquia secuestrada en los últimos tiempos por un cúmulo de intereses, circunstancias y derivas sociales que la están/nos están llevando al borde de la desaparición.
 Es la gran noticia de la semana. 
Llega cuando el toro del tiempo ya nos lleva prendidos por la faja. No cabía por tanto demorarlo más y es por lo que su aparición adquiere rango de quite providencial.
 La esperábamos, a La Fundación, con inquietud y desazón, tal era/es el cerco y el agobio a que nos tienen sometidos poco menos que por tierra, mar y aire un eje político-económico que a falta de ideas para el progreso y el bienestar han estado bombardeando confusión.
 Su persistencia dejaba a la Tauromaquia sin más caminos en el horizonte que el de una resistencia numantina a la espera de no se sabe bien qué profeta redentor.
 Así que La Fundación, que ya ha comenzado a actuar, vuelve a darnos esperanzas, enciende la luz y apaga ese tic tac tic tac que habían puesto en marcha los amigos de la desmemoria, la mentira y alienación que parece haber cambiado de acera, gentes que prohíben desde el desconocimiento por el gusto de prohibir. Por todo ello no se podía esperar más en salirles al frente, era ya o no será nunca.


Llevaba meses gestándose, eso se sabía, pero la opacidad, la tardanza, la presencia de personajes quemados en anteriores proyectos a ninguna parte, de operaciones varadas en los personalismos y la inoperancia, invitaba a la desconfianza y parecía empujarle al limbo de las ideas tal como sucedió con la Mesa del Toro, el Pentauro, la reunión en la Venta de Antequera y demás aventuras.

 Felizmente no ha sido así y resuelta la financiación, agrupadas las asociaciones profesionales más acreditadas, comprometidas compañías de prestigio que deben desarrollar el ambicioso y necesario proyecto, ha comenzado a caminar aunque la presentación oficial, me aseguran, no será hasta dentro de unos meses. 
No importa, si la eficacia está por encima del boato, de fotos y protagonismos innecesarios, adelante. Si es en beneficio de la eficacia, adelante.
 Lo que importa es el compromiso y aseguran que existe. Tienen por delante un reto apasionante y una agenda de trabajo tremenda. 

Todos estamos convencidos de que en este país debe acabarse la barra libre para insultar, vejar y atracar los intereses de la Tauromaquia, entre los que ocupa lugar prioritario la honorabilidad de sus gentes.

 Una corporación, caso de Mallorca a modo de ejemplo y no es la única, no se puede levantar y prohibir o intentar prohibir un arte reconocido constitucionalmente como tal; ni un divino de la muerte por utilizar su lenguaje, como ese Risto televisivo, no puede decirle a un hombre, en este caso a una figura del toreo como es El Juli, asesino en serie y por extensión a todos los aficionados y marcharse de rositas por mucho que el propio Juli en un exceso de prudencia, quiero entenderlo así, continúe la charla sin apenas replicarle supongo que anonadado y sorprendido por semejante despropósito.
 Como no pueden reproducirse linchamientos propios de la inquisición a los aficionados, esa especie de horcas caudinas bajo las que tienen que desfilar un día de toros sí y otro también, mientras las fuerzas del orden miran a otro lado con todo el perjuicio económico que ello supone para un inversor que paga sus impuestos, ahora que tanto necesita de inversores este país. 
Ni una panda de bárbaros puede tomar un pueblo al asalto para imponer sus gustos por cojones como si esto fuese el oeste americano, ni son admisibles las alcaldadas, hoy monto un referéndum o mañana te cierro la plaza porque me peta o te mento, caso de la Roja, la madre, al Rey y quien sea menester por el mismo precio
. Eso no puede tolerarse, eso no puede salirles gratis a día de hoy, eso es bananismo en una de las cunas de la civilización. Así que fíjense si La Fundación tiene trabajo, fíjense si era urgente su puesta en marcha, si vale la pena o no darles un voto de confianza y dejarles currar. A pesar de tanto desencanto anterior, creemos, necesitamos creer.

Enfunden las envidias y rencores y súmense, exijan con razones pero súmense, aporten en nombre de la Tauromaquia y de la modernidad, lo exigen los tiempos y la coyuntura, es ahora o no será nunca

.Por José Luis Benlloch

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