Buscar este blog

martes, 1 de diciembre de 2015

URDIALES EN SU REGRESO A LA MÉXICO

Si hace dos semanas, en el toro de su confirmación, Diego Urdiales conquistó a los aficionados  de La México con su arte, su mesura y su toreo templado y majestuoso, ayer, sin llegar a tales cotas, también hizo lo propio pero por la vía de la técnica, el oficio y el tesón para pasaportar a sus dos oponentes de Barralva, dos ejemplares de muy distinta condición, el primero en la línea saltillo al que  lanceó a la verónica con gusto y compás antes de hacerle un quite por chicuelinas, fue tardo en sus arrancadas y escaso de celo a la hora de perseguir los engaños de Urdiales, que lo intentó por ambos pitones, destacando varias series por el derecho arrebatándole literalmente las embestidas y haciendo surgir los oles de las gargantas de Insurgentes.

Su segundo llevaba en sus venas sangre Atanasio, no se empleó de salida pero acudió con alegría al caballo y empujó con los riñones en el peto. 

En la muleta embistió con genio y sin entrega. El torero de Arnedo siempre asentado y firme le ofreció la muleta planchada y aguantó las violentas embestidas hasta que se hizo con él y surgieron los naturales profundos y emocionantes en varias tandas ligadas que calaron en los tendidos dada la exigencia del castaño de Barralva que en varias ocasiones a punto estuvo de llevarse por delante al diestro riojano. La espada se fue baja y el posible premio se quedó en una sentida ovación que recogió desde el tercio.

No hay comentarios: