Una muchedumbre grita ¡libertad para el toreo!
Gran Rafaelillo que salva la cara de una descastada y blanda corrida de Adolfo Martín
Cincuentas mil personas que se manifestaron en las calles de Valencia, en medio de un orden y un respeto imponentes, para gritar ¡libertad para la fiesta! han escrito una página imborrable en defensa de los valores de la tauromaquia, en contra de los intentos abolicionistas y la campaña mediática y política que intenta borrarla de la vida española. Gente del pueblo, de todas las regiones de España, de Francia, de Latinoamérica, gente del toro, jóvenes y mayores, han demostrado, sin un solo grito contra nadie, ¡que diferencia con las manifestaciones antis!, donde la agresión verbal y hasta física está presente. En las palabras de Enrique Ponce, que cerraron la marcha, se resume la defensa de lo mucho que suponen los toros para la cultura, la ecología, la economía y la tradición de este país
Una hora más tarde Rafaelillo remachó con su valor y su toreo hondo lo grande este arte, sin perderle la cara al agresivo y encastado toro de Adolfo, fue recitando una lección de dominio y torería, especialmente en esos muletazos sobre la izquierda para crujir a la fiera. Faena rotunda. En su primero se estrelló ante un inválido que apenas podía moverse.
Del resto de la paradisima y descastada corrida, se reseñan las ganas y la mala suerte de Escribano y especialmente de Ureña. Si, el madrileño que salió por todas y apretó de lo lindo, desperdigó algunos muletazos sentidos en su primero, que tuvo tanta bondad como falta de fuerza, aunque al confiarse por las condiciones del toro el torero fue prendido y sufrió un serio revolcón, que a la postre encendió a la gente y le sirvió para cortar una oreja.
Y Escribano, que debe abandonar lo de las banderillas, un tercio que se le da rematadamente mal y no le aporta nada, se tuvo que conformar con leves ráfagas ante un toro que no parecía de Adolfo por su borreguez. En el quinto, un toro que desconcertaba al dejarse mucho y luego rebañar por bajo, cuajó algunos naturales con cierto empaque y temple.
Plaza de Valencia.Tercera corrida. Casi lleno. Toros de ADOLFO MARTÍN (4), blandos, escasos de casta, a excepción del cuarto. RAFAELILLO (7), de frambuesa y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Estocada desprendida (una oreja). MANUEL ESCRIBANO (5), de grana y oro. Pinchazo, estocada desprendida y trasera y dos descabellos. Un aviso (silencio). Media estocada (saludos). PACO UREÑA (5), de lila y oro. Estocada trasera y desprendida (una oreja). Dos pinchazos, media estocada y un descabellos. Un aviso (silencio)
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