Mal apuntan las cosas en la temporada que comienza.
Los 5+1 no irán a Sevilla que no es Canorea sino La Maestranza, a la que todos los toreros consagrados tienen algo que agradecer y algunos mucho.
Castellón, feria en la nunca faltó el contraste de los encastes y se premió a los triunfadores del año anterior, tendrá esta temporada una feria corta y copada por las figuras.
Una Magdalena sin Cuadri es como un arroz sin sal.
Con Valencia veremos lo que ocurre, aunque se me antoja que Simón Casas actuará de una manera inteligente y algo más romántica. Moraleja: que también los empresarios deberían arriesgar algo sin pensar solamente en la taquilla, porque aunque es cierto que los que están llevan más gente a la plaza también lo es que si no van arracimados tampoco.
Y a la masa, por buena que sea, hay que ir poniéndole levadura si no queremos quedarnos sin pan. Hay toreros que están haciéndose e interesan también a los públicos, y además tienen más años por delante antes de volverse cómodos y exigentes.
¿Qué va a ocurrir cuando la gente se canse de los carteles de sota-caballo y rey y piensen aquello de “esta película ya la tengo muy vista”?
El enemigo sigue estando dentro y no hacen falta los antitaurinos para acabar con esto...
Recuperar la popularidad de la Fiesta no radica en crear pequeñas oligarquías de toros, toreros y empresarios. La variedad y la lucha están en la entraña del toreo.
Y el toreo viene de muy lejos y en este plan puede tener su fin muy cercano.
Por Paco Mora ( Aplausos )
No hay comentarios:
Publicar un comentario