Ayer llegó el comunicado de Miguel Ángel Perera donde aflora una tremenda animadversión contra la empresa Pagés. Ha hecho bien en desahogarse, porque el comunicado anterior de Manzanares no era muy convincente, más bien lo dejaba en mal lugar, ya que dejar de torear en Sevilla solo por solidaridad no parecía suficiente.
Perera tiene motivos y los ha sacado a la superficie. Es algo novedoso, porque muchas de las cosas que cuenta son prácticas comunes en el toreo, aceptadas por todos los protagonistas y que nadie solía contarlas, simplemente porque nadie estaba libre de pecado. Por ejemplo, habla de rebaja de honorarios, algo que es muy feo, pero todos saben que en el toreo es una costumbre que, aunque de ética discutible, se aceptaba sin que nadie lo denunciara. Y menos las figuras, porque el recorte de los dineros es la consecuencia del escaso tirón taquillero del diestro rebajado. Si Perera vetara a todas las empresas que le han pagado menos de lo acordado en principio, tal vez torearía en pocas plazas. Pero es un comunicado valiente y se ha publicado.
Ahora estamos a la espera del siguiente mensaje. El Juli ha prometido el suyo en breve. Pero quien debe salir al escenario es la empresa Pagés. Se le ha señalado con el dedo y es probable y deseable que tenga argumentos para defenderse. Si calla es que no tiene nada que contestarle al torero extremeño y ante la opinión pública supone que acepta lo que ha denunciado. Debe por tanto dar una respuesta para rebatir las acusaciones de Perera, que van en dos líneas. Debe contar los motivos por los que no contrató al torero en 2009 y en 2012 cuando le había prometido lo contrario; también debe explicar lo del recorte de honorarios. El resto del comunicado de Perera son reflexiones personales sobre la actitud de la empresa ante la Fiesta y ante su persona.
El resumen de todo es que el embrollo sube por momentos.
Vuelvo a recordar que la Real Maestranza, propietaria de la plaza de toros, no va a emitir ninguna opinión sobre este conflicto. Quienes opinan que la pelota está en el tejado de la entidad no la conocen. Tienen un contrato con una empresa y lo van a respetar por encima de todo. Así que ya solo queda esperar el siguiente comunicado.
Todo es algo muy penoso y triste, aunque a los medios y comunicadores nos está dando un juego excelente en este invierno. Lo más triste es que todo esto hace daño a la Fiesta y perjudica a la afición de Sevilla. El diálogo y la comprensión es una cualidad humana para resolver los más enconados conflictos. Si dos partes desean la paz, la paz es posible. Que lo piensen los dos bandos.
Carlos Crivell / sevillatoro.com
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