Con material tan desechable, qué pueden hacer los jóvenes con aspiraciones de ser alguien destacado vestido de luces. Poco, muy poco, no más allá de mostrar voluntad, buenas maneras, decisión y entrega.
Esa fue la tarjeta que enseñó Pepe Moral, henchido de ánimo y buenas maneras después de las fatigas que le ha hecho pasar el maldito destino. Moral quiere cambiar el suyo y volvió a decir que sabe torear con capote y muleta.
Apuntó su buen estilo a la verónica, y dejó claro que siente el toreo, que no sale, como tantos, a dar pases, que corre la mano con templanza, y que su toreo tiene hondura, clase y gusto. Así lo hizo ver ante su primero, el de más clase de la tarde, al que muleteó por ambas manos con reposo y mejor empaque. Con el otro, un toro rajado y sin una gota de calidad, se justificó.
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