La convocatoria de la rueda de prensa de Paco Ureña para el próximo viernes en Valencia es un anuncio velado de su reaparición.
¿Qué puede ser si no? Lo es: Ureña vuelve a los ruedos en Fallas, todo un compromiso, un reto, cuando aún no se ha probado en el campo. Desde que perdió la visión del ojo izquierdo el 14 de septiembre en Albacete el torero lorquino no ha hecho otra cosa que pensar en su regreso. Incluso renunciando a nuevas intervenciones para acortar los plazos de recuperación. La última fue en el Instituto Fernández-Vega de Oviedo. Allí confirmaron los peores augurios sobre su visión -que ya eran una certeza- pero también que salvaría el ojo ocular: "Con la rotura del nervio óptico y de la retina, la funcionalidad del ojo es totalmente inviable. Las consecuencias de este grave destrozo serán la pérdida de visión binocular, que entre otras funciones, se encarga de medir las distancias.Durante la positiva intervención de ayer, se consiguió la conservación del ojo y su apariencia estética. El equipo médico reconstruyó el segmento anterior colocando un iris artificial y el segmento posterior, inyectando silicona intraocular".

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