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miércoles, 30 de diciembre de 2020

UNA LUCHA DE SIGLOS (3)

 

POR SANTI ORTIZ.

Aunque en los años veinte se producen cambios en la reglamentación de la Fiesta, destacando con mucho en trascendencia el que nos trae en 1928 la implantación del peto –divisoria que marca un antes y un después en el toreo–, no puede decirse lo mismo en cuanto a las acciones de la taurofobia, que sigue estancada y tozuda machacando en los mismos argumentos decimonónicos o dieciochescos.


Algo similar en cuanto a novedades ocurre con el advenimiento de la República. Como tantas veces se ha dicho, del 13 al 14 de aquel abril de 1931, España se durmió monárquica y despertó republicana, sin que dicho cambio de régimen alterara en absoluto el pulso del toreo. Es más, aquella catarata de entusiasmos, medida en muchedumbres que tomaban las calles, los tranvías, los automóviles, anegándolo todo de esperanzas, de júbilo, de una libertad deslumbradora, como si, de pronto, a los hombres y mujeres de España les hubieran abierto las puertas de un lóbrego presidio interior y salieran como un pulmón inmenso a henchirse con los aires más puros, a sentir en la piel de sus vidas la caricia del sol más luminoso, a llenarse los ojos con los áureos resplandores de la felicidad; aquella inmensidad de voluntades que, por primera vez en muchos años, contemplaba el futuro como una ensoñación llena de primaveras, no tenía tiempo ni lugar para ocuparse de los toros ni de cualquier otra actividad de índole secundaria. España ha cambiado de régimen y en ese cambio centraba su atención. De lo demás no se ocupa, por eso el toreo, con sus luces y sombras, sus aciertos y yerros, continúa el camino de aquella temporada como si tal cosa, dando la bienvenida a la República, cumpliendo con los compromisos que tenía anunciados y celebrando un número de festejos afín al de años anteriores.

martes, 29 de diciembre de 2020

Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes

La Real Maestranza de Caballería de Sevilla será la receptora de la


Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes que concede el Ministerio de Cultura, tras ser fallado el premio, a propuesta del ministro de dicha cartera, José Manuel Rodríguez Uribes, en el último Consejo de Ministros celebrado este martes. 

Así lo ha anunciado el Gobierno que justifica la concesión -aparte de que en el presente se cumplen 350 años la fundación de la institución- en base a ‘la meritoria labor que desarrolla vinculada a la Tauromaquia como manifestación del Patrimonio cultural inmaterial español’. 

El jurado reconoceademás del primoroso mantenimiento y conservación de la plaza de toros de Sevilla, que lleva su nombre y tiene la categoría de Bien de Interés Cultural, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla desarrolla un completo programa de actividades académicas, culturales y de mecenazgo que trascienden el ámbito específico de la Tauromaquia.

Entre los mismos, el Ministerio de Cultura enumera los ‘premios universitarios al mejor expediente académico de cada centro de la Universidad de Sevilla; cátedra Ignacio Sánchez Mejías de comunicación y Tauromaquia en la Universidad de Sevilla; patrocinio de la Fundación de Estudios Taurinos y del Aula Taurina, apoyo a las Escuelas de Tauromaquia de Andalucía … En su rico patrimonio bibliográfico y documental dedicado a la Fiesta de los toros destaca la colección de carteles taurinos, que abarca desde la primera mitad del siglo XVIII hasta nuestros días’.

Esta distinción se concede anualmente ‘a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico‘.

PREMIOS "CLARIN "DE RNE

Juan Ortega y la ganadería madrileña de Victoriano del Rio han ganado los premios taurinos ‘Oreja de Oro’ y ‘Hierro de Oro’ que concede del programa ‘Clarín’ de RNE, cómo triunfadores de la temporada europea 2020, en los ruedos de España y Francia.


Pese a ser una campaña totalmente atípica, con la mayoría de las plazas de primera categoría cerradas y casi todas las ferias taurinas importantes tradicionales suspendidas, Radio Nacional no ha querido interrumpir las mas de cincuenta temporadas consecutivas que vienen concediéndose consecutivamente estos trofeos…

El valenciano Enrique Ponce ha obtenido una ‘Oreja de Oro’ especial por cumplir 30 temporadas ininterrumpidas como matador de toros, compitiendo en primera línea con todos los principales espadas de cada momento, lo que no ha sucedido nunca en la Historia del Toreo y por haber participado, para dar ejemplo, sin condiciones en las primeras corridas de toros de esta temporada tan escasa de festejos y difícil por la pandemia. Es la octava ‘Oreja de Oro’ de Radio Nacional que consigue.

lunes, 28 de diciembre de 2020

Jorge Buendía se hace ganadero

 

Ayer domingo, el taurino onubense Jorge Buendía presentó su nueva faceta como ganadero de toros bravos. Para ello, ha adquirido una finca en el término municipal de Gibraleón aunque muy cerca de Trigueros, en el denominado Camino de Valverde, donde pastarán el centenar de vacas – la mitad de ellas, preñadas –  adquiridas a la ganadería Domínguez Camacho, que tantos éxitos ha acumulado en los cosos que administra el nuevo ganadero.

Jorge Buendía cumple una vieja aspiración dentro del mundo taurino. Ya ha sido novillero, matador de toros, empresario y apoderado, faltándole esta faceta que ahora emprende con mucha ilusión y donde espera alcanzar triunfos como los obtenidos en otras tareas.

La ganadería está puesta a nombre de sus hijos, por lo que se denominará Hermanos García Fernández Izquierdo y será administrada por el padre del propietario, Alfredo Fernández “Joselito”, novillero que fue en su juventud. Los colores de la divisa serán el blanco y azul, la bandera de Huelva.

La finca cuenta con un cortijo, al que se le ha añadido un edificio de nueva planta que estará destinado a las concentraciones que lleven a cabo David de Miranda y su cuadrilla. Así, el próximo día de Reyes, torero, picadores, banderilleros, mozo de espadas y ayuda se encerrarán en la finca para llevar a cabo una intensa preparación para la próxima campaña y que estará completada con las tientas que realicen en otros cercados.

Jorge Buendía está muy ilusionado con esta nueva tarea emprendida, en la que espera también triunfar. Ha conseguido de su amigo el ganadero David Domínguez Camacho la cesión del toro “Dominante”, indultado en la corrida pinzoniana de 2.018 en Palos de la Frontera para ejercer de semental en este primer año que estará con las cincuenta vacas que no han llegado a El Rincón, nombre de la finca, preñadas.


Para celebrar la inauguración de las nuevas instalaciones, ayer domingo, Jorge Buendía reunió a un grupo de amigos así como a la prensa taurina onubense en una jornada de confraternidad y amistad. Todos los asistentes a los actos tuvieron oportunidad de felicitar al nuevo ganadero que, como comentó, ya está deseando lidiar la primera corrida en La Merced.

Por nuestra parte, desearle muchos éxitos, tanto taurinos como económicos, al nuevo ganadero y, conscientes de su buen quehacer, esperamos disfrutar con sus productos en un tiempo no muy lejano.

Por Vicente Parra Roldán

domingo, 27 de diciembre de 2020

Ni de izquierda ni de derecha, los toros son patrimonio cultural (nada más y nada menos)

La ley obliga a los poderes públicos a garantizar su conservación y enriquecimiento


¿Es el fútbol de izquierda o de derecha? ¿Y el tenis, el waterpolo, el hockey sobre hielo, el balonmano, el tiro con arco, el atletismo…? ¿Acaso tiene una adscripción ideológica el flamenco, o el cine, o la ópera, o la pintura?

Pues exactamente la misma simpleza se puede y se debe aplicar a la tauromaquia. Y basta para ello una razón histórica: la fiesta de los toros existía antes, mucho antes, de que las corrientes conservadoras y progresistas aparecieran en el debate social.

El espectáculo taurino se incrustó en el corazón de este país al margen de la política, y las plazas se han abarrotado de un público heterogéneo, mezcla de banderías ideológicas, creencias religiosas, situación económica, educación o planteamientos de vida personal o comunitaria.

Un festejo taurino ha sido y sigue siendo un universo, un caleidoscopio representativo, en mayor o menor medida, del pálpito de un país en el que millones de personas sueñan, vibran y se emocionan con las andanzas entre un toro bravo y un ser humano heroico.

Y poco más hay que hablar. Quien pretenda convertir la tauromaquia es un problema político no parece que le acompañe más interés que acosarla, perseguirla y lanzarla por el precipicio de la desaparición.

Convertir la tauromaquia en un problema político no encierra más interés que su acoso y persecución


La fiesta de los toros, en pleno siglo XXI, es algo más, mucho más: “forma parte del patrimonio histórico y cultural de todos los españoles, en cuanto actividad enraizada en nuestra historia y en nuestro acervo cultural común”, según reza en el preámbulo de la Ley 18/2013 de 18 de noviembre para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural.

Así lo decidió la soberanía popular; así es guste o no guste, y por ello debe ser respetada y promovida mientras que la norma siga vigente; una ley que obliga a los poderes públicos a garantizar su conservación, promover su enriquecimiento y a tutelar el derecho de todos a su conocimiento, acceso y libre ejercicio en sus diferentes manifestaciones (artículos 3 y 5).

viernes, 25 de diciembre de 2020

UNA LUCHA DE SIGLOS (2)

 

Por Santi Ortiz

Continuando nuestro recorrido, diremos que del último cuarto del siglo XIX proceden las primeras campañas antitaurinas de las sociedades protectoras de animales, que, en aquel tiempo, no pasaron de ser anecdóticos y estériles esfuerzos dada la escasísima influencia social que tenía por entonces la sensiblería pro-fauna; totalmente distinta a la de hoy, cuando el fanatismo animalista, avalado, protegido, difundido y financiado, por uno de los sectores de comercio más lucrativos del momento, como es el del mascotismo, ha prendido incontenible en la masa social de consumidores, atrapados en las distintas redes tendidas por los medios de comunicación en tal multitud de artículos, noticias, panfletos, opúsculos, tratados, sketches publicitarios, vídeos, documentales y películas, que nos hacen preguntarnos cómo ha podido el hombre sobrevivir tanto tiempo sin sentir la necesidad de “adoptar” una mascota, llevar al perro a la peluquería o sin impedir que los gallos violen a las gallinas, se ponga en venta la leche de las vacas robándosela a los terneros o que el solomillo de añojo, hecho en su justo punto, siga contribuyendo a la estrella Michelín de algún chef afamado.

jueves, 24 de diciembre de 2020

PADRES E HIJOS EN LOS RUEDOS ONUBENSES

 

Por Vicente Parra Roldán

En ese análisis de parientes que han actuado en los cosos capitalinos a lo largo de la historia, nos vamos a detener en esta ocasión en los padres e hijos que han hecho el paseíllo en el albero onubense.

Y hay que empezar por Juan Belmonte, quien debutó en Huelva el 6 de junio de 1.913 mientras que su hijo Juanito lo hizo el 22 de mayo de 1.938. 

También de aquella época es la presentación de Manuel Rodríguez “Manolete” que lo hizo el 5 de septiembre de 1.910 y su hijo El Monstruo de Córdoba estuvo por vez primera en la plaza choquera el 11 de septiembre de 1.935. 

 

Otra familia cordobesa de aquella época fue la de los Palmeños. El padre, Manuel García, debutó el 6 de septiembre de 1.928 y su hijo, del mismo nombre, lo hizo el 3 de agosto de 1.963.

En fechas más cercanas encontramos a los madrileños Aparicio. Julio padre se presentó en Huelva el 4 de agosto de 1.949 y su hijo, Julio, lo hizo el 31 de julio de 1,987. Unos años antes, el gaditano Emilio Oliva -padre -actuó el 19 de marzo de 1.966 y su hijo Emilio lo haría el 15 de octubre de 1.983 en la plaza ubicada en la Hispanidad.


Los Manzanares también protagonizan esta historia. José María padre , el fino torero alicantino estuvo por vez primera  el 2 de agosto de 1.977 en la  desaparecida Monumental y su hijo lo hizo en La Merced el 2 de agosto de 2.003.

El gaditano Antonio Barea actuó en la jornada del 8 de octubre de 1.972 y su hijo, también llamado Antonio, lo hizo en una novillada de promoción celebrada el 1 de mayo de 1.994. La novillera  malagueña Mary Fortes toreó el 2 de agosto de 1.976 en la Monumental y su hijo Saúl lo hizo en La Merced el 1 de agosto de 2.017 durante una clase práctica. 

 
Otra saga fue la de los  valientes hermanos venezolanos de los Girón. César pisó el albero onubense el 3 de agosto de 1.960 mientras que Efraín actuó el 19 de marzo de 1.966.

De esta relación no hay que olvidarse de las familias onubenses. Así, Diego Ortiz “Niño del Tercio” debutó el 28 de mayo de 1.935 y su hijo Diego Gómez “Dieguín” o “El Niño del Tercio” lo hizo el 31 de agosto de 1.958. 

Eugenio Barroso “El Nono” debutó el 19 de junio de 1.951 mientras que su hijo Francisco lo hizo el 30 de julio de 1.993. Manuel García Cepeda actuó por primera vez en  una novillada el 14 de julio de 1.957 y su tristemente desaparecido hijo Bartolomé actuó en la plaza Monumental el 24 de julio de 1.981 en una becerrada.

Curro Medrano lo hizo el 29 de junio de 1.968 y su hijo Jesús el 4 de agosto de 1.886. Y el 13 de julio de 1.963 actuó Alfredo Fernández y el 4 de septiembre de 1.989 lo haría su hijo con el nombre de Jorge Buendía. También en esa época se presentaría José Conquero “Panaderito”. Fue el 8 de septiembre de 1.967. Años después, el 1 de agosto de 2.013 lo haría su hijo Alejandro.

Nota del autor.- El duende de las redacciones sigue vigente y, al transcribir el artículo anterior dedicado a los padres e hijos que han actuado en los cosos choqueros, dos párrafos desaparecieron. Los mismos dicen lo siguiente:

“No hay que olvidarse de la saga de los Vázquez. La abrió Pepe Luis, que toreó por vez primera en Huelva el 11 de septiembre de 1.938. Su hermano Manolo lo hizo el 8 de septiembre de 1.951 y su otro hermano, Juanito, debutó el 5 de agosto de 1.956. Hubo que esperar hasta el 31 de julio de 1.979 para que lo hiciera su hijo Pepe Luís.



martes, 22 de diciembre de 2020

UNA LUCHA DE SIGLOS (1)

 

Por Santi Ortiz

Vivimos en un mundo antitaurino, y lo digo en favor del toreo. Un mundo que desnivela por un lado e iguala por otro. Desnivela, porque cada vez es mayor la desigualdad entre los que más tienen y los que no les queda más que la pobreza; iguala, porque no admite ningún mundo distinto al que él homologa. Blanco y negro en lo económico y monocolor para expresar el pensamiento único que nos quiere imponer.

El toreo –siempre lo ha hecho– se les sigue escapando de la cuadrícula. No se deja poner la montura para que lo domen. Tiene unos principios ajenos a los del dios Mercado y sus valores siguen siendo humanistas, precisamente ahora que el hombre se ha quedado a trasmano, cuando ya no interesa si no es como potencial consumidor; cuando estorba, cuando desde el poder ha sido designado como la víctima propiciatoria a quien echarle la culpa de todo lo malo que ocurre en el planeta. El hombre es el malo de la película y en torno a esa idea ha crecido un feminismo, un animalismo, una bandera LGTBI y un falso izquierdismo, que vuelven la vida más estrecha, puritana y mediocre. Y mientras nos peleamos, las risotadas de los amos del mundo atronan el Olimpo.

Llegan los mercaderes de la política, la progresía lobotomizada, los marchantes a la violeta, los que reducen la realidad a una parodia, los ecos que se creen las voces de los que no tiene voz. Llegan imponiendo sus credos, sus dogmas, sus mentiras, reduciendo la libertad a la imagen y semejanza que el dios Mercado les ha hecho creer es la suya. Detestan la censura, pero son censores. Dicen luchar por los seres libres, pero no dejan de imponer bajo cuerda su dictadura. Tienen amplias miras para ti, pero sólo si tú piensas y te conduces como ellos han decidido.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Joselito el Gallo, protagonista literario en su centenario

 

Casi una veintena de libros taurinos se han editado en plena pandemia

La pandemia del coronavirus, por la que la temporada taurina de este año se ha visto reducida en un 90%, no ha frenado en cambio la edición de libros de toros, que se ha mantenido a un alto nivel para seguir engrosando la amplísima e histórica bibliografía con que cuenta esta actividad artística, según explica el periodista y escritor taurino Paco Aguado.

Casi una veintena de obras de temática taurina han aparecido en el mercado editorial desde que se levantara el estado de alarma en mayo, ayudando así a alimentar el espíritu de una afición que no ha tenido mucha ocasión de sentarse en los tendidos de las plazas de toros.

Uno de los temas más recurrentes de los autores ha sido el de las distintas facetas de la vida del legendario diestro Joselito El Gallo, a propósito de que este año se ha cumplido el centenario de su trágica muerte en el ruedo de Talavera de la Reina (Toledo).


Y así, tras la reedición de la obra Joselito El Gallo, rey de los toreros, por la editorial El Paseo, también han aparecido trabajos como Joselito y Miura, de Vicent Climent y Javier Vellón, en el que se reseñan todas las actuaciones del diestro sevillano con los toros de la mítica divisa. A estas dos obras hay que sumar Joselito El Gallo en la plaza vieja de Madrid, con todas las reseñas periodísticas de sus paseíllos en la capital de España, recopiladas por Manuel Hernández, y Dos temporadas y media, el triunfo de Joselito, de los hermanos Carrasco y Carmen del Castillo.

Y en cuanto a la relación de este gran torero con la ciudad de Talavera, han surgido los títulos Las últimas veinticuatro horas de Joselito El Gallo, de José Luis Cantos en la editorial Círculo Rojo, y Joselito y Talavera, cien años, publicado por el colectivo de investigación histórica Arrabal de la localidad toledana.


Asimismo, ha sido muy estimable la actividad de la editorial bilbaína La Cátedra, que ha publicado tres interesantes obras entre las que destaca Doctor Jacinto Segovia Caballero, en el que Antonio Fernández Casado recupera la figura de este personaje casi olvidado que fue cirujano de la plaza de Madrid, militante socialista y, finalmente, exiliado en tierras mexicanas.


En esta misma editorial, en su Colección de Tauromaquia Vasca, han aparecido también este año los libros De Durango a Burgos, la historia escrita por Gregorio del Santo y Miguel Ángel Salinas acerca de Domingo Mendívil, el primer torero vasco de alternativa, y Memorias bilbaínas de un revistero madrileño, con las reseñas de las crónicas costumbristas de las corridas de la feria de Bilbao firmadas en el diario ABC por Antonio Díaz Cañabate.

Tampoco ha bajado el volumen editorial la Fundación de Estudios Taurinos de Sevilla, que, además del número 23 de su Revista de Estudios Taurinos, ahora dedicada a las ganaderías históricas de Andalucía, ha publicado en colaboración con la Universidad de Sevilla la tesis de Silvia Caramella El cine taurino español, una historia cultural.

En cuanto a toreros actuales, en la misma capital hispalense se han


editado las obras Manuel Jesús El Cid, un torero al natural, a cargo de El Paseo y firmada por Carlos Crivell, y Jesulín 3.0, de Sevilla Press ediciones, en la que Alfredo Sánchez hace un repaso a la biografía del popular torero Jesulín de Ubrique, tanto en los ruedos como en su faceta mediática.


En ese mismo campo podría inscribirse también En la intimidad de mis sueños, donde el joven mozo de espadas Daniel Rosado, actualmente a las órdenes de Enrique Ponce, descubre la parte más íntima de la vida profesional de los toreros, vista por su ayuda de cámara.

Y, para sumar a los múltiples trabajos de defensa de las corridas de toros, el veterano periodista y escritor José Carlos Arévalo ha publicado, con la nueva editorial


Tauromagia, la última obra de su extensa bibliografía, titulada La tauromaquia en tela de juicio. Argumentos para un informe de la UNESCO, en la que ofrece las claves de la absoluta validez cultural del toreo en los tiempos actuales.

viernes, 18 de diciembre de 2020

ESPAÑA NO ESTÁ PARA PAGAR CHUPÓPTEROS

Por Santi Ortiz

No quisiera que el texto de este escrito se viera arrastrado por la indignación que subyace latente bajo el título; indignación, por otro lado, lógica a tenor del desahogo y la prepotencia exhibidos por el sujeto al que va dirigido el artículo, que no es otro que don Sergio García Torres, director general de los (inexistentes) Derechos de los Animales e introducido en la Administración por la puerta del “enchufe” de la mano de su señorito Pablo Iglesias, enemigo taimado de España, a la que quiere descuartizar, y de la Izquierda, a la que está sumiendo en un progresivo desprestigio.

Don Sergio no es funcionario de carrera ni ha contraído méritos –salvo que incluyamos entre ellos el servilismo partidista– para ocupar el puesto que hoy tiene, pero el señor Iglesias le creó a la medida la Dirección General cuyo cargo ostenta, con un salario en torno a los 80.000€ anuales, que, como era de esperar, salen del costillar de los contribuyentes. Dado que los derechos de los animales no existen ni pueden existir en ninguna legislación que respete los principios fundamentales del Derecho, ¿a qué se dedica este señor? Fundamentalmente, a dos asuntos: la elaboración de la denominada Ley de Bienestar Animal y a acabar de una vez por todas con la Tauromaquia.

Hoy por hoy, ninguno de estos temas se incluye entre los problemas que preocupan a los ciudadanos –al menos, al grueso de la población, una vez extraída de ésta el animalismo militante y la burguesía progre–, por lo que estamos alimentando a un personaje totalmente prescindible, ya que no hace nada útil ni productivo para mejorar la situación de los españoles. Una persona así, que se lleva un sueldo –en este caso, sueldazo– del Estado sin dar nada provechoso a cambio, es lo que se define como “chupóptero”. Y taxativamente esto es lo que don Sergio García Torres es.

jueves, 17 de diciembre de 2020

SEVILLA QUIERE...


Ramón Valencia, gerente de la empresa Pagés, se resistía a hablar o aportar algún dato concreto en torno a la reapertura de la plaza de la Maestranza en 2021. Ha pasado un larguísimo año de clausura impuesta por el inicial estado de alarma primero y el endurecimiento de las medidas de seguridad y aforo que impuso la Junta de Andalucía después. Ya se ha hablado largo y tendido de todo ello, con opiniones para todos los gustos. Sea como fuere, el coso del Baratillo ha permanecido cerrado a cal y canto durante la infausta temporada de 2020, el nefasto año del covid que llegó para estallarnos todas las costuras.

 

El abono se quedó presentado pero compuesto y sin novia. Los carteles impresos siguen siendo un testigo inquietante de lo que pudo ser y no fue. En la inicial vorágine de acontecimientos llegó a hablarse de celebrar una semana de toros en torno a San Miguel. Vencido el verano se rumoreaba que serían las dos corridas incluidas inicialmente en el abono las que se celebrarían en la entrada del otoño. Pero acabaron siendo suspendidas sin haber llegado a ser confirmadas mientras se buscaban culpables que no lo eran.

 

Consecuencias asumidas

 

Y después... Después sólo estaba el virus. Una cosa está clara: Pagés, con Valencia a la cabeza, habrían asumido que no se puede dejar pasar un nuevo año en blanco. La lluvia de palos –no siempre atinados- ha sido importante. Pero más allá de esas cuestiones de imagen está la supervivencia del propio espectáculo. La línea de comunicación está abierta con las autoridades autonómicas, que no sólo son competentes en cuestiones de seguridad e higiene sino que detentan todas las competencias en materia taurina al Sur de Despeñaperros. Todo está pendiente de los porcentajes de aforo...

lunes, 14 de diciembre de 2020

“Los toros, desde la izquierda”

 

Alegato de un político vasco, socialista y aficionado

Eneko Andueza (Eibar, 1979) cuenta que es político y aficionado a los toros gracias a su abuelo Mauricio, quien le inculcó los valores socialistas y el toreo de Paco Camino.

A sus 41 años es el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Parlamento Vasco, y está a punto de publicar un libro titulado “Los toros, desde la izquierda”, en el que reivindica la fiesta desde la perspectiva de su posición ideológica.

“La tauromaquia es una parte muy importante de mi vida”, comenta ufano. “Para mí, es una forma de ser, una filosofía, una manera de entender la existencia al hilo de unos principios y valores muy concretos”

Andueza es consciente de que es un caso único, un personaje heterodoxo, un político contra la corriente dominante, y reconoce que ha sido alertado de que su afición a los toros podría perjudicar su carrera política.

“Es necesario destacar la relevancia que ha tenido la tauromaquia en el pensamiento de la izquierda”

“Sí, me lo han dicho, pero yo no entiendo la vida sin implicarme en lo que creo. Me considero un militante taurino. Dicen que me juego las femorales por defender la tauromaquia, pero es que yo solo me la juego por dos cuestiones: por mis ideales, cuando durante 10 años he tenido escolta por ser del PSOE en Euskadi, y por mi afición, delante del toro en los encierros de Pamplona. En la vida hay que arriesgar para alcanzar los sueños”.

La vocación de Andueza es la política, en la que entró a los 17 años en las Juventudes Socialistas; licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, ha sido concejal en Ordizia, y actualmente es el secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa y portavoz del grupo parlamentario socialista del Parlamento Vasco.

Y su afición son los toros. Nunca ha aspirado a ser torero, aunque sueña con una primitiva millonaria que le permita ser ganadero. De momento, lo más cerca que ha estado del toro ha sido en los encierros sanfermineros y en las plazas de tientas de algunos amigos, donde ha aguantado, muleta en mano, la mirada de una becerra.

Y, ahora, se ha atrevido a salir al ruedo con un libro, “Los toros, desde a izquierda”…


“Me lo planteé hace algún tiempo, a raíz de algunas decisiones de representantes de mi partido. Consideré que era necesario destacar la relevancia que ha tenido la tauromaquia en el pensamiento de la izquierda, y resaltar el papel de la fiesta en la historia, la economía y su relación con valores fundamentales. Y lo hago con un fin pedagógico; sin ánimo de convencer a nadie, solo pretendo aportar argumentos para que desaparezca el complejo que muchos tienen sobre los toros”.

Andueza dedica el primer capítulo, titulado ‘Tauromaquia es libertad’, a un recorrido histórico por el siglo XX y las estrechas relaciones que han existido entre los toros y la izquierda; y los siete siguientes a argumentar los valores que, a su juicio, la definen: igualdad, solidaridad, ecologismo, economía social, lucha feminista, internacionalista y cultura.

QUITES EN EL DIAL


 

domingo, 13 de diciembre de 2020

LAS BODAS DE PLATA DE UN TORERO MÍTICO

 


Por Santi Ortiz

Veinticinco años ya. Y todavía parece que estoy escuchando a Federico Arnás retransmitiendo en diferido, desde la plaza México, la corrida del doctorado de José Tomás, hasta entonces un novillero que, de la mano del inolvidable Antonio Corbacho, había emigrado un año antes al país azteca huyendo de la moda, impuesta en España por los ponedores, de tener que pagar por torear. Yo ya lo había visto, antes de que partiera, en dos novilladas que televisó Antena 3 desde Benidorm, y, sin que su triunfo fuera grande, despertó en mí el mismo interés que me hace grabar en la memoria la advertencia “a éste hay que seguirlo”, cada vez que veo a un chaval que me transmite cosas fuera de lo corriente.

Ya de vuelta a España tras su aventura mexicana, y apoderado por Emilio Miranda y Santiago López, mi interés se vio satisfecho la tarde de su debut en Las Ventas, donde no sólo abrió la Puerta Grande, sino que volvió a apuntar unas formas y un fondo que lo proyectaban hacia esas cotas que únicamente pueden alcanzar los elegidos, siempre que la voluntad no se tuerza, el toro los respete y la suerte los acompañe. De ahí mi ilusión de ver su repetición capitalina en aquella Feria de Otoño de 1995 y mi frustración cuando, en el recibo de capa a su primer novillo, fue brutalmente entrampillado y conducido inconsciente a la enfermería de la que no volvió a salir.


De las 50 novilladas que toreó en España aquel año, José Tomás había salido con muy buen ambiente, insuficiente, sin embargo, para tomar una alternativa de campanillas. Y como el torero estaba cuajado para dar el salto al escalafón superior, se pensó en la propuesta hecha por el empresario Rafael Herrerías para que se doctorara en el coso de Insurgentes. Las conversaciones llegaron a buen término y el novillero de Galapagar, tremendamente ilusionado por alternativarse en México, firmó el contrato para hacer el paseíllo el 10 de diciembre de aquel año 95. Una semana antes, en una plaza tan ligada a su vida, su gloria y su tragedia, como la de Aguascalientes, José Tomás se despedía de novillero cortándole las orejas a un utrero de Fermín Rivera.


Aunque en un principio se pensó en David Silveti como padrino del
doctorado, su crónica lesión de rodilla se lo impidió, ocupando su puesto el hidalguense Jorge Gutiérrez, mientras Manolo Mejía ejercía de testigo de la ceremonia. El ganado anunciado era de Xajay. La corrida salió mala; en particular, el lote bronco y manso de José Tomás, que dio la vuelta al ruedo en su primero y sufrió una cornada del remiendo de Teófilo Gómez, que cerraba plaza, del que se le pidió la oreja. El toricantano estuvo muy por encima de “Mariachi” y “Fifís” y dejó muchas ganas de volverlo a ver.

De aquí arranca una historia amasada con pureza, personalidad, valor, sangre, libertad, exigencia, clasicismo, honradez y afición, para conseguir como producto final la quintaesencia de la excepcionalidad. Contadísimos son los toreros que, a lo largo y ancho de la historia, pueden presumir de lucir en tan alto grado su prodigiosa vitola. De ahí que José Tomás haya conseguido traspasar –¡estando aún vivo!– los límites de la historia, para instalarse en las elevadas cumbres de la mitología.


Gozar de los aires puros y fríos de tales alturas, sin más compañeros que la soledad y el silencio –espejos donde contemplar cada día su talla moral–, sólo les es dado a las escasas y eximias singularidades que muy de tarde en tarde aparecen fulgurantes para iluminar, no ya los predios del toreo, sino los inmensos dominios del hombre.

¿Cómo ha conseguido La Estatua de Galapagar elevarse a esas cimas? Ni más ni menos que cumpliendo de manera insobornable y hasta sus últimas consecuencias todos los atributos a los que he hecho referencia; atributos que no pueden ser tratados como compartimentos estancos, sino en una indisoluble interacción; por ejemplo: no se puede hablar de la personalidad de José Tomás como algo ajeno a su valor, a su pureza y demás elementos que la configuran. No obstante, con objeto de analizar, aunque sucintamente, cada uno de dichos atributos, voy a tratarlos separadamente en aras de una mayor claridad.

sábado, 12 de diciembre de 2020

El léxico de la tauromaquia...



sigue presente en la vida cotidiana, aunque algunos ciudadanos desconozcan su origen

"Eduardo Mendoza, que vivió muchos años en Estados Unidos, explicaba que el béisbol era el equivalente a los toros en España". El periodista Guillermo Altares, parafraseando al escritor barcelonés, señalaba en el programa radiofónico La Cultureta que los profanos en ese deporte no entenderían muchos giros norteamericanos, del mismo modo que el castellano "está totalmente permeado de expresiones taurinas". Pese a que el emisor pueda desconocer que su origen está ligado al mundo de los toros, siguen siendo de uso habitual en nuestro país.

Hoy podría parecer, incluso, que muchas no tienen nada que ver con la tauromaquia (cambiar de tercio, al hilo de, dar largas, hasta la bandera, a las primeras de cambio, acoso y derribo, escurrir el bulto), aunque otras dan ciertas pistas (estar de capa caída, entrar al trapo, pinchar en hueso, estar al quite, menuda faena, caerse del cartel, estar para el arrastre) y algunas aluden al léxico del toreo (ponerse el mundo por montera, echar un capote, cortarse la coleta, dar la puntilla, rematar la faena, entrar a matar, salir por la puerta grande) o directamente incluyen el propio término (coger el toro por los cuernos, a mí no me torea nadie, me cogió el toro).
Carlos Abella refleja la penetración del lenguaje taurino en la vida cotidiana en ¡Derecho al toro!, cuyo ambiguo título hace referencia a la firmeza que debe mostrarse ante una determinada situación. En el libro hace referencia a otros autores, como José María de Cossío, quien en su enciclopedia Los Toros. Tratado técnico e histórico señalaba que la "fiesta" es "un hecho de profunda significación en la vida española y de raíces tan hondas y extensas que no hay actividad social o artística en que no se encuentren sus huellas, desde el lenguaje hasta la industria".

¿Por qué llegó a calar tanto en la sociedad? Andrés Amorós, en Toros, Cultura y Lenguaje, justifica el motivo por el cual los españoles abrazaron la jerga taurina: "No hace falta ser un experto lingüista para advertir su carácter más evidente: no es un lenguaje intelectual, abstracto. Todo lo contrario: nace de la experiencia inmediata. Es visual, intuitivo y muy pintoresco. Por eso lo adapta tan ampliamente el pueblo: porque rima a la perfección con su gusto por la expresividad".


viernes, 11 de diciembre de 2020

OTRO VIRUS


El Ayuntamiento de Almonte estudia emprender acciones legales contra el empresario que organizó la corrida de rejones

La corrida de Toros de Rejones, organizada por el empresario Antonio Osuna para el pasado mes de agosto en El Rocío, que de este modo recuperaba los festejos taurinos dieciocho años después. fue suspendida a consecuencia de las restricciones derivadas de la pandemia. No obstante, fueron muchas las personas que adquirieron entradas con antelación.Estas personas, en el ejercicio de sus derechos, han reclamado la devolución de las entradas, reclamación que hasta  la fecha no ha sido atendida por quienes la vendieron., pese al comunicado que  decia que  las entradas ya adquiridas servirán para el día que se decida llevar a cabo el festejo o, si se desea solicitar la devolución, se podrán hacer vía telefónica en los teléfonos 644 092 502 ó 633 571 629, así como en el correo electrónico eyetaurinaantonioosuna@gmail.com.

 

Posibles confusiones
Para evitar posibles confusiones, dado que algunas personas le piden la devolución del dinero al Ayuntamiento, "esta entidad municipal quiere dejar claro que no existe ninguna relación contractual, ni vínculo alguno, entre el Ayuntamiento y el citado empresario y organizador del evento taurino, a quien se ha instado en innumerables ocasiones a devolver cuanto antes el importe de las entradas vendidas; de no ser así, el Ayuntamiento se verá obligado a emprender posibles acciones contra la empresa organizadora"
. Lamentable proceder de la empresa que deja una mala imagen del sector sin respetar al "respetable" que con tanta ilusion reservo y pago para disfrutar de un evento que se quedo en nada.
 

jueves, 10 de diciembre de 2020

UNA LARGA, UN LITRAZO Y UN CARTUCHO DE PESCAO

Por Santi Ortiz

A raíz de mi artículo “Tres suertes con historia”, un lector, amigo y buen aficionado, me formuló la siguiente sugerencia: “En un futuro, si vuelves a tocar este palo, podrías hablar del litrazo, hoy en día desaparecido; el cartucho de pescao, también casi en desuso, o la larga cordobesa, para que los comentaristas de la época actual no la confundan…” 

 Me pareció sugerente su propuesta, y heme aquí dispuesto a darle gusto, para tratar de un lance decimonónico y dos cites que abren y cierran el paréntesis de una década que va de finales de los años treinta a las postrimerías de los cuarenta.

Respetemos el orden cronológico y el de lidia, que siempre el capote precedió a la muleta. Comencemos por tanto con la denominada “larga cordobesa”, creación de uno de los toreros más insignes de toda la historia de tauro: Rafael Molina, Lagartijo, a quien la pluma de Mariano de Cavia –escritor que firmaba sus crónicas con el seudónimo de “Sobaquillo”– otorgó el título de Califa del toreo, primero del quinteto que completarían después con igual rango: Guerrita, Machaquito (a título póstumo), Manolete y El Cordobés.


Como su nombre indica, la suerte debida a Lagartijo pertenece a la familia de las “largas”; familia numerosa ésta a medida que el toreo, con el paso del tiempo, fue ampliando su repertorio. Originariamente, la larga se definía como “suerte de capa a una mano en la que el diestro cita al toro de frente y tirando del capote le lleva en él empapado hasta el remate”. Pertenece, pues, al repertorio del toreo a una mano, hoy prácticamente en desuso. No así en los tiempos de Lagartijo y Frascuelo, cuando la forma más habitual de sacar a los toros del caballo o hacerle el quite al picador tras un derribo era a base de recortes y largas, en las que el torero echaba el capote a la cara al toro soltándole una mano y lo traía por derecho empapado en él hasta el remate final.

La aportación de Lagartijo tenía que ver con el remate de la suerte, pues una vez que, tras haberlo llevado toreado en derechura, despedía al astado haciéndolo pasar bajo el capote, al mismo tiempo se echaba éste con singular donaire al hombro del lado de salida, dejándolo que colgara como un manto, mientras, con un aplomo rayano en displicencia –¿reminiscencia de la Córdoba mora?–, comenzaba a alejarse del toro, dándole la espalda con garboso andar y sin casi dedicarle una mirada.

Es cierto que las suertes del toreo, en particular aquellas a las que el torero les acuña su nombre, se nutren de cierto atributo sobresaliente que aquel les imprime para elevarlas de rango. Por ejemplo, la majestad y seriedad de Manolete hacen de la manoletina algo más que un puro adorno. En la chicuelina de Manuel Jiménez, Chicuelo, destaca magnificándola el alado soplo de la gracia, y en esta larga cordobesa de Lagartijo, impera por encima de todo la elegancia; esa distinción natural suya, esa sobriedad, esa frescura, ese sosiego, que le confieren un halo escultural dentro de la estética taurina capaz de enamorar a cualquier público; sobremanera al de Madrid; no en vano, desde su doctorado, toreó en la capital de España –según revistas de su tiempo–, la increíble cifra de 404 corridas de toros. ¡Ahora que venga otro y lo iguale!

Hoy, que la larga sirve muchas veces de remate a una serie de verónicas, es otro lance. Para calificarla como cordobesa el torero debe salir de la suerte con la capa al hombro, y así, muy de tarde en tarde, podemos contemplarla. Sin embargo, actualmente el inicio se hace embarcando al toro con las dos manos y una vez embebido en la capa, se le suelta la mano de dentro para irlo toreando con la de salida hasta el final. En tiempos de Lagartijo, como hemos señalado antes, no era así. Desde el inicio, al toro se le traía a una mano, pues ya con una sola se le echaba el capote a los hocicos para hacerlo embestir.

Esta suerte, que tantas satisfacciones procuró al primer Califa, también le ocasionó una de sus mayores tristezas, porque ejecutándola, un toro de su ganadería hirió mortalmente en Córdoba al que fuera su muy estimado banderillero Manuel Martínez, Manene. Un suceso trágico; una sombra doliente que acompañaría a Lagartijo durante los doce años que Manene lo estuvo esperando.

*


Hasta en las tardes que Sevilla saca a pasear por su cielo el gris plomo de sus nubes, y el contraste con el dorado albero y las enjalbegadas columnas de sus arcos pone en La Maestranza una luz especial con cierto tono de severo recogimiento, el toreo de Pepe Luis –inspiración mediante– es luminoso. Hay una luz espiritual que nimba la naturalidad de su figura, su sosiego, la intuida certeza de su sabiduría, su condición de preclaro geómetra, de depositario de ese conocimiento que trasmina en los aires de su barrio natal de San Bernardo después de toda una vida pariendo grandes toreros.

Y además de luminoso es alegre. Sólo hay que memorar esa carrerilla rubia, desenfadada, inocente, con que incitaba al novillo a embestirle de largo, cuando la gente se asombraba –¡Pero si es un niño!– en aquellas primeras apariciones maestrantes donde su voz juvenil parecía el repique jubiloso de un cimbalillo giraldillero. Ya entonces esa carrerilla la hacía sosteniendo en la mano zurda la muleta plegada mostrándola como si llevara en aquella un “cartucho de pescao”; ese cartucho con lunares de aceite, lleno de “pescaíto frito” al que tan aficionados eran y son los sevillanos. De ahí le vino el mote al cite pepeluisista, colocado el torero en el tercio o los medios para iniciar la faena llamando de largo al toro, al que dejaba venir por su terreno. Cuando éste iba llegando a su jurisdicción, desplegaba el engaño, se lo adelantaba y, a continuación, le engendraba el pase natural. Completemos la descripción apuntando que el cite era de frente, relajada la planta, como podemos verlo hoy en el monumento que Sevilla le levantara frente a La Maestranza, al otro lado del Paseo de Colón, donde parece citar a un distante toro invisible que se le viniera desde la Puerta del Príncipe.

Si en la larga cordobesa imperaba sobre todo la elegancia, en este cite de Pepe Luis Vázquez destacan el salero y la alegría. Toda la sevillanía que la ciudad del Betis ha donado al toreo; todo ese acento que inauguraría Chicuelo, adquiere en el torero de San Bernardo –“el Sócrates de San Bernardo” le llamaron por su inteligencia y conocimiento del toro y el toreo– una dimensión nueva, perfumada de naturalidad y clasicismo. Pepe Luis encarna la antonomasia torera de Sevilla y, aunque su “cartucho de pescao” provenía de El Espartero –como su abuelo le hizo saber–, fue el icono al que él dio sello propio para preludiar tantas tardes esas faenas de maravilla, breves de metraje, pero imperecederas en el recuerdo, con que alborotó a los públicos de España y América, cuando las musas le asistían y su apatía y falta de ánimo no entraban en escena.

*

Cambiemos el registro de la elegancia y la sal por el de la
imperturbabilidad y el aguante. Sí, mudemos las alas, por la roca; el vuelo, por la estatua; el gozo por la angustia; la certeza por el suspense. Entremos, pues, en el terreno del valor más hierático; penetremos en la circunscripción de Litri, de aquel Miguel Báez Espuny, que en 1949 pulverizó todos los records hasta entonces de festejos toreados en un año, vistiéndose de luces en 115 novilladas.

Litri es un estoico con misterio. De exiguo repertorio, lograba enervar a las masas con el hermetismo de una personalidad que se asomaba a su impávido rostro y se erguía sobre la más estricta quietud de zapatillas. El aire ausente de Miguel Báez contribuía a acrecentar aún más el impacto que producía su “litrazo”, suerte ésta que he visto tratada en algún diccionario taurino con notables inexactitudes.

El “litrazo” –bautizado así por la prensa– consistía en citar al toro muy de largo, pecho por delante, muleta en la izquierda y escondida tras el cuerpo, dejándolo llegar, inmóvil, a pies juntos, sin sacar el engaño hasta que la cogida parecía inevitable. Era entonces cuando Litri le enseñaba la tela sin adelantarla y conseguía desviar el toro de su cuerpo con un pase natural. Para ejecutar el “litrazo”, el espada necesitaba reses de alegre y pronta embestida, que se vinieran de lejos. A veces, el torero colocaba al burel en un tercio y se iba al tercio opuesto, así el toro tenía que recorrer veinte o más metros para llegar a Miguel. Cuanta más distancia, mejor, porque el contraste entre el movimiento agresivo del toro y la absoluta inmovilidad del diestro se acentuaba, mientras la amenaza de los pitones iba cubriendo inexorable el espacio que separaba a ambos, retardando el desenlace y aumentando el tiempo de la intriga, la incertidumbre y la angustia de los espectadores, con lo que se multiplicaba el impacto que producía en éstos. Este impacto todavía se potenciaba más si Litri ejecutaba la suerte mirando al tendido o tenía que aguantar extraños o parones del toro antes de que éste le llegara, cosa que superaba sin mover un músculo ni alterar un ápice el gesto impenetrable de su cara.

Aunque el “litrazo” original es con la mano izquierda, posteriormente Miguel también lo ejecutó con la derecha, pero la impresión que producía esta variante no era tan intensa, tal vez porque, al llevar la muleta armada con el estoque, no quedaba tan escondida tras el cuerpo del diestro y eso restaba suspense a la misma.

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Concluimos aquí este somero repaso de tres suertes triunfadoras; tres suertes que fueron ardorosamente demandadas por el público cada vez que cada uno de sus progenitores salía al ruedo, a sabiendas de que con ellas sería conducido al prodigioso reino de las emociones.