Antonio Ferrera simulando la suerte de matar con una banderilla como si se tratase de un indulto a un gran toro en la Feria de Quito 2011. Foto: Olga Holguín para aplausos.es Que una figura del toreo, y han sido varias, hayan toreado en la pantomima circense, en los que unos políticos con complejo de “Bambi”, han convertido a la feria de Quito, crea un mal ejemplo. Lo siento por esa afición, pero este año el sector taurino debió de castigar a esa ciudad, dejándola sin toros, para que sus gobernantes notaran el bajón de ingresos y turismo y vieran lo peligroso que es jugar con el toro. En lugar de ir a Quito a llenar la saca, se podían haber quedado a llenar la saca del futuro de la fiesta, con ideas y soluciones ante una temporada difícil para todos.
Apañados vamos con el sector, porque ni los ganaderos se ponen de acuerdo. La Unión de Criadores del Toro de Lidia está haciendo malabarismos para encontrar nuevo presidente, si son incapaces de encontrar presidente como van a ser capaces de encontrar un punto común de unión para defender esto.
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