De órdago, para no olvidar por parte de quienes se pusieron delante, así fue la corrida de Pedraza de Yeltes que se lidió en Madrid. Inmensa de tamaño y cuya mansedumbre podía ser correlativa al volumen físico.
Las cuadrillas las pasaron canutas y más de un subalterno se libró de un percance por las intervenciones providenciales de sus compañeros o como el que Mora le hizo a cuerpo limpio a su peón El Puchi.
También Eduardo Gallo fue volteado en un quite al primer toro de Uceda Leal.
Bueno, pues a pesar de todo la corrida salmantina tuvo momentos en los que transmitió emoción de la buena y más de un toro embistió con codicia y con recorrido. Por ejemplo el primero de Eduardo Gallo, un toro con mucho motor al que el torero salmantino cuajó unos muletazos tersos y de bella ejecución para ir perdiendo poco a poco la compostura a medida que el toro se venía arriba. Comenzaron los enganchones y Gallo perdió el sitio sin recuperar el buen tono inicial de la faena. El sobrero de Vázquez tuvo tan buen son como poquita fuerza. Gallo ligó alguna tanda estimable por el pitón izquierdo, sin llegar a mayores.
David Mora hizo un toreo muy importante a la verónica en su primero, un toro manso al que le robó muy templados muletazos por el pitón izquierdo a favor de querencia, donde el animal se había refugiado. El sexto fue un torbellino, un toro al que le faltó más de un puyazo extra y al que Mora plantó cara desde los muletazos de rodillas hasta el intento de parar aquel tren que se le venía encima por todos los costados. En su favor hay que decir que nunca perdió los papeles.
Uceda Leal con un lote infame, se arrugó más de la cuenta y con la espada, que es su punto fuerte, dio un auténtico sainete
Madrid, martes 21 de mayo de 2013. Cinco toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados, bueno el 2º, manejable sin clase el 3º, deslucidos los demás y muy complicado y peligroso el 6º. Y uno (5º bis) de José Vázquez, bueno.
UCEDA LEAL: Silencio y pitos tras dos avisos;
EDUARDO GALLO: Silencio y silencio tras aviso;
DAVID MORA: Vuelta al ruedo tras petición y silencio.
Entrada: Más de tres cuartos de plaza.
Saludó en banderillas Félix Jesús Rodríguez.
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