Pues es un mezcla de varios factores, el principal de los cuales es que "el aficionado en su tendido tiene aún un rango central".
No es pequeño semejante matiz.
Es a la conclusión que llega Jean-Charles Olvera, corresponsal en Francia de "Opinión y Toros", en un esclarecedor artículo originalmente titulado "Crisis, ¿qué crisis?" en el que analiza por qué también en el país vecino unas plazas tienen más público que otras. Como ocurre en otras cosas taurinas, los aficionados españoles seguimos teniendo muchas cosas que aprender de ellos
.Las de las últimas ferias de Francia, en Istres, Céret y Mont-de-Marsan como también festejos aislados en Rieumes o La Brède, confirmaron lo contrario de la tendencia casi general en España, la del bajón de público en los tendidos de las plazas de toros.
Así se han visto llenos y hasta llenazos en ambos cosos galos y se esperan lo mismo en las próximas semanas de ferias, en Béziers, Dax y tal vez también en Bayona.
¿Entonces qué pasa en Francia para que continúen llenándose estas plazas? Pues es un mezcla de varios factores. Si bien todo lo que se hace y lo que se ve en nuestros ruedos no siempre es perfecto, el aficionado en su tendido tiene aún un rango central.
En el 2011, algunos protestaron merecidamente en Dax, lo que tuvo como consecuencia que la comisión taurina cambie de equipo y de rumbo. Es que esos aficionados no soportaron que la antigua comisión no supiera resistir al medio toro y al doble billete (que van por par) que imponía El Juli y sus amigos del entonces G10.
Ese mismo público es el que va en masa en plazas en auge como la catalana Céret. Varias temporadas de grandes y serias corridas con el eje de la autenticidad como identidad, sea con toros como Escolar Gil o toreros como Fernando Robleño o Alberto Aguilar, y la reputación de la plaza hace que ahora se llene. Es una respuesta aficionada que da gusto pues es la ADAC que organiza la feria merecía este apoyo popular.
Pasa otra cosa en el coso de Vic-Fezensac, pues no alcanza despegar totalmente del bache en el que esta desde varias temporadas, tras fallos en presentación y juego de toros. Bajaron los abonos y la expectación en Vic y con ellos el CTV organizador presentó esta semana licitación para nuevo mandatario. Se trata de que regresen el Toro y los aficionados.
O sea que si aquí no se trata al aficionado como se lo merece y con lo que pide, pues deja de ir temporalmente a la plaza y ahí surge la crisis para la empresa, pues esto es también un negocio. Eso comprendió María Sara en Mont-de-Marsan que trato de agradar a un público para toros y otro para figuras, que ambos llenaron una feria renovada tras temporadas mediocres.
En resumen, aquí la empresa tiene que cuidar al aficionado, este singular apasionado de la cosa y de la causa taurina, que se reúne en Peñas, Clubes o Círculos taurinos, algunos siendo importantes asociaciones con influencia real en la vida social de las ciudades taurinas de Nimes a Bayona, de Dax a Béziers y de Arles a Mont-de-Marsan.
Y estas empresas que por aquí respetan a sus aficionados, cada quien a su manera (Toro o figuras), son las que hoy pueden decir lo de: Crisis ¿qué crisis?
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