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martes, 21 de junio de 2022

¿Y si dejamos de contarnos mentiras?

Por Carlos Ruiz Villasuso


Si  no hay un milagro, 2023 será el último año de la Tauromaquia en Colombia. Habida cuenta de que Dios suele dedicarse a otros asuntos, la victoria de la extrema izquierda en Colombia y la toma de posesión como presidente del ex guerrillero Gustavo Petro, pone fin a una tradición, cultura y actividad de siglos. Tantos como siglos tiene de vida este país. Pero no engañará: lleva años tratando de prohibir la Tauromaquia y lleva en su programa de gobierno un pacto con varios sectores votantes animalistas para probar el toreo. Con todo lo que conlleva.


Esta noticia tiene el efecto de resbalar sin más por las espaldas de un sector productivo/cultural que hace años consideró perdido este país. Hay quien se ufana de la victoria de PP en Andalucía, sin caer en la cuenta de que, a compás de las elecciones, en Granada el público dio la espalda a carteles muy fuertes. Arriba, en el norte, Bilbao, el mismo día de las elecciones en Colombia y en Andalucía, un cartel de muy alto presupuesto, después de sus años de ausencia de toros, la respuesta social fue menor. Ver a la tauromaquia como taquillaje y no verla como plebiscito en cada corrida o festejo anunciado, es perder de vista la realidad.

Pero no se trata de la fortaleza de Petro sino de la debilidad de Colombia. Como no se trata de Andalucía y la victoria del PP, que no va a solucionar la ausencia de público en Granada o en Almería, plazas que hace muy poco tiempo llenaban tendidos y arcas. Tampoco se trata de política amiga o enemiga en Bilbao, o en otros lugares. Se trata de forma clara y contundente, de que allí donde el toreo pierde su apego social, se debilita. Y, siendo débil, es vulnerable a cualquier prohibición. El animalismo jamás podrá contra un toreo del nivel de Madrid, de Pamplona o de Sevilla. No porque en Madrid no haya prohibicionistas, o en Sevilla o en Pamplona, sino porque no hay nadie que intente ir en contra de las sociedades.

En Madrid, los mas de 5000 asistentes a una novillada, igualan casi a los que fueron a ver las figuras en Bilbao y superan a las que fueron a Granada. En Torrejón de Ardoz han ido a los toros más gente que a Granada y que en Bilbao ¿Por qué razón? ¿Alguien analiza las causas? ¿Sencillamente esperamos a que aún vayan menos y se cierren las plazas? Es lamentable que no se haya leído una reflexión de Granada, o de Bilbao, o de tantos lugares. Es un silencio impuesto que no se entiende, con un añadido.

¿La Televisión? La Televisión de pago anuncio a última hora su presencia. Los números no salían. Pero puedo apostar que el dinero de la imagen de Bilbao, santo y seña del toreo, con el toro de Bilbao y de tres figuras del toreo, no alcanza ni a la mitad del dinero que se pagaba en los años 90 por un cartel menos rematado en esa misma plaza. ¿Esta es la solución? Si esta es la solución, digámoslo de forma clara.  Que el toreo esté así, y lo está a precio de saldo, pero dejemos ya las medias mentiras. Ver en tv ese ambiente de Bilbao y hablar de su grandeza, es un insulto a la inteligencia más escasa.

Cataluña, y Barcelona, estaban en situación de abandono. El País Vasco es absolutamente residual. Galicia vive de Pontevedra. Cantabria de Santander. Asturias vivía de Gijón. De la misma forma que Colombia vivía de Bogotá y Cali esencialmente, y Venezuela de Caracas y Ecuador de Quito. No se trata de ver la desaparición de los toros en estos países como un problema de lejanía geográfica.  Hemos logrado la lógica interestelar de la proximidad/lejanía.  Entre Madrid y Barcelona y Madrid y Bogotá hay, en percepción taurina, Los mismos kilómetros que entre Torrejón de Ardoz y Bilbao.

 Las distintas asociaciones no son las soluciones. La FTL tampoco. De la misma forma que una sola asociación animalista no es el enemigo, sino su estructura mediática/política global, que analiza allí donde el enemigo no come para someterlo al acoso del cazador. Y pregunto de nuevo: ¿hay alguien en el toreo que no vea que se trata de un problema global, que hemos y buscar urgentemente una estructura global?

Decidamos de una vez: ¿Damos por perdida la Tauromaquia en los mencionados países y, al tiempo, en las zonas de España que suponen ya un 50% de nuestra geografía y nos centramos en lo que tenemos? ¿Desde lo que tenemos decidimos luchar por lo que se ha perdido o está a punto de perderse? Y pongo un ejemplo en collera de estas cuestiones. Si elegimos la primera opción: ¿qué y quienes y con que medidas abordamos esa decisión?

Si elegimos la segunda: ¿Por qué no hay NADIE en el toreo en 10 años, que haya sido capaz, de la forma que sea, en el lugar que sea, con nocturnidad y alevosía si es necesario, de organizar un festejo en Cataluña al amparo de su derecho constitucional?  FTL, ANOET, las asociaciones de ganaderos y de toreros han de hablar y explicarse y decir. Han de ser claros al respecto. Porque puede que haya una tercera opción: ni la una ni la otra. Cada cual a su gestión privada y que el toreo sea solo esa gestión.  Eso sí, vamos a sacar los sables por Las Ventas y por todo lo que pueda dar dinero y a lo demás que le den por donde la espalda pierde su casto nombre. Vamos a pelear por los restos del naufragio Pues que lo digan.

¿México? Que diga de una vez la propiedad de la Plaza México, la familia Cossío, qué pretende hacer en un futuro o presente con la plaza. Que digan si la vende, si hay proyecto de compraventa inmobiliaria o no, o que puede hacerlo. Pero que digan algo. Y que lo digan claro y en voz alta.  Que todos digan algo. Esta estrategia de silenciar cada muerte, cada prohibición, cada noticia negativa del toreo, es una canallada contra el toreo y los públicos de toros.

¿La Fundación? La FTL se ha convertido en un apéndice más del gremio empresarial de actividad en flagrante competencia desleal, al jugar dinero público para hacer lo que algunos tratando y hacer con iniciativa privada. Nació para ser lobby y se ha convertido en una empresa más que usa o no las normas del “sistema” taurino a conveniencia. De tal forma que las subvenciones o ayudas a las empresas (subvención a taquilla) desaparecen en muchas localidades y son sustituidas por las subvenciones públicas a la FTL para producir festejos. Con el fin y organizar festejos casi a puerta vacía. Eso sí, apartando un dinero de esa subvención para su propia subsistencia y crecimiento.

Es insostenible que una Fundación en España se haya creado para subsistir y funcionar sólo son dinero público. Es inverosímil Que un sector tenga una Fundación en nombre de ese sector, sin que el sector sea capaz de aportar sus costes, es una barbaridad del tamaño de la solución a este problema. Como el sector y los patronos no pueden aportar dinero para su subsistencia, pasan la gorra a los aficionados. Que tragan un rato. Y después de ese rato, se va directamente a por las subvenciones públicas a través de la lástima de la pandemia. Subvenciones que no logra el toreo en parte alguna ni en partida regulada y abierta en municipios, provincias, comunidades o país.

Eso, digan lo que digan quienes lo digan, es un atentado a la más mínima lógica de un sector productivo. Y, a estas alturas, que me señalen por ser anti FTL, me resbala, de la misma forma que a la FTL le resbala Colombia y Gijón y Barcelona. Porque, insisto, la FTL no me representa, ni mi líder es Borja Cardelús. Hasta ahí podríamos llegar.  Mi respeto en la FTL era hacia personas del toreo que ya no están, y ahora solo lo dirijo a Victorino. Hoy en día, caretas fuera, la FTL es Borja Cardelús, cuya visión caudillista del consenso o la discrepancia está en las antípodas de lo que necesita el toreo.  Pero de esto, y con datos, hablaremos otro día.

Pregunto: ¿este método va a hacer que a Granada vayan mas personas, que vayan mas a Bilbao, que se recupere Barcelona, que no se pierda Gijón? Porque si este método no busca ese fin, pues que digan que fin es el que busca. ¿Sacar novilleros?  Ya. Para torear en dónde. En Barcelona, en Gijón, en Coruña, en Oviedo, … Porque para torear solo en Madrid, no hace falta gastar tanto dinero en subvenciones.  Porque si queremos novilleros que puedan ser relevo, habremos de tener un mercado de plazas para ese relevo. Que no las hay, Que cada vez es mas chico. Un mercado para los cuatro o cinco novilleros que van a tomar la alternativa con ambiente y que acoja a los Téllez y compañía que lanza Madrid. ¿O no es así?

Hablen claro. Digan al público, a la gente, que van a hacer, qué plan hay, que piensan hacer.  Ni siquiera se pide que digan la verdad, solo que expliquen su verdad. Lo otro es engañar. Vivir del engaño es morir. Podemos seguir la estrategia que se pidió a los medios en su día en Cataluña: poner siempre media plaza, más de media, alrededor de media, cuando había un puñado y medio. Mentir de forma piadosa es mentir de la forma mas canallesca posible. ¿Y, si al fin, dejamos de mentirnos?

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