Se esperaba por los aficionados la vuelta de Cuadri a Sevilla. Lo que no nadie esperaba es que fueran tan complicados como para que la buena acústica de la Maestranza fuera en gran parte protagonista esta tarde porque al tendido llegaba a la perfección los esfuerzos vocales de los diestros para arrancar embestidas. Los toros procedentes de Comeuñas salieron complicados, esperando en sus terrenos pegados al piso, embistiendo a veces con arreones o en otras ocasiones con aviesas intenciones cuando se tragaban dos muletazos seguidos. Bien es verdad que este tipo de complicaciones en un toro deben ser solventadas no solo con voluntad y valor, aquí cuenta y mucho el oficio de haber matado mucho ganado de este encaste.
En cuanto a la presentación nada que objetar, pues respondieron al tipo de la ganadería. Gran caja y culata, luciendo por delante buena badana y cuerna acapachada, pero ofensiva.
Ante este difícil material, lo primero es agradecer a los toreros de esta tarde o a cualquiera que se anuncie con Cuadri, esa buena disposición para hacer el paseillo y entregarse de lleno a intentar una lidia distinta a lo acostumbrado y si las circunstancias lo permiten obtener su “mijita” de arte.
Para empezar sobre la lidia, decir que los toros por general fueron bien puestos ante los caballos, con buena colocación de los lidiadores para que esta suerte luciera y así fue en casi todos los primeros puyazos. En las segundas varas, la cosa fue distinta, como los toros no mostraban mucha fuerza, los puyazos fueron al modo de hoy, de nuevo picotazos o simulados.
ANTONIO BARRERA en su primero poco pudo lucir, pues el toro llegó a la muleta muy parado, soso y sin transmitir. El torero tampoco se esforzó mucho en alegrar la faena, pecando de prepararse mucho sus terrenos, olvidando que existe un terreno comprometido que pertenece al toro y que si lo invade y aguanta, quizás hubiera sacado más partido a su oponente. En su segundo con más motor, tampoco BARRERA se confió y aquí si que tenía más posibilidades con un toro que pasaba por ambos pitones. Muchos mantazos y al final la gente se hartó y terminó pitando para que abreviara.
JAVIER CASTAÑO con valor y oficio logra en su primero muletazos estimables, a veces ligando, a veces de uno en uno. Demostró que se encuentra más que capacitado para lidiar este tipo de corridas. En el quinto, que se mostraba ante los engaños con la cara a media altura y tirando gañafones de vez en cuando, el torero estuvo muy firme y decidido, robando muletazos a un toro difícil, que cuando se paró del todo, le arrancó sus medias embestidas a base de colocarse entre los dos pitones.
Destacar en este toro dos buenos pares de banderillas de DAVID ADALID. ALBERTO AGUILAR, en el tercero de la tarde que dejó un poco crudito en el caballo, consiguió muletazos buenos con la derecha, pero al hacerle el toraco un extraño con la izquierda desiste y fundamenta su faena con la diestra, mostrándose poderoso y con valor de sobra. En el sexto derrochó voluntad ante los arreones de un castaño precioso, siendo la faena fue descompuesta y perdiendo el norte con los aceros.
En resumen, corrida bronca y con muchas dificultades de Cuadri
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