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martes, 7 de marzo de 2017

Litri rememora su paso por la Fiesta

Miguel Báez abrió  el ciclo Los Toros en la Fundación Cajasol.
Por Paco Guerrero - Huelva Información.
Pocas horas antes de ese paseíllo, Litri concedió en exclusiva a este medio una entrevista que busca, sí, al torero, pero muy especialmente a la persona que treinta años de profesión han ido modelando entre miedos, esperanzas, logros y esa innato afán de no dejarse ganar la pelea en el ruedo.

-¿Nunca se ha planteado reaparecer cuando ha transcurrido el tiempo y uno mira los trajes en el armario…?
-Cuando tomé aquella decisión lo hice a conciencia de que no volvería y la verdad es que llevo diecisiete años. En el diario no, pero sí es verdad que hubo una vez en la que tuve realmente ganas de volver a vestirme de torero. Se cumplían cien años de la plaza de Huelva, mi abuelo la había inaugurado, mi padre la había reinaugurado y ahí sí te confieso que me lo había planteado como ocasión especial. Después no se cuajó, pero te digo que si alguna vez me plantease volver ten por seguro que sería en una ocasión muy especial y en Huelva.
-México fue un punto importante en aquel año 99. Emotiva tarde para abrochar una carrera.
-No me prodigué mucho por Hispanoamérica, pero sí es verdad que México siempre me dio moral y, profesionalmente, mucha suerte y fuerza en mi carrera.

AL TIEMPO QUE PASAN LOS AÑOS Y ME HA TOCADO ALEJARME RECONOZCO QUE NECESITO CADA VEZ MÁS A HUELVA "EL TORO MULTIPLICÓ AL DOS MIL POR CIEN LA SENSIBILIDAD PARA VIVIR MIS SENTIMIENTOS, MI ALMA Y ENTENDER LA VIDA"
-Si tuviera que valorar esta en pocas palabras ¿qué diría?
-Que ha sido al esfuerzo y a la constancia. El intentar superarme dentro de todas las limitaciones que he tenido como torero y el ir siempre a más. Querer que mi expresión artística y taurina creciera. Que creciera el torero. El arte de torear es ilimitado y nunca quise que mi carrera tuviera límites.
-¿Qué le ha revertido el toreo a la persona de Miguel?
-Todo. El toreo me ha dado todo lo que soy. La seguridad, me ha hecho hombre. El toreo cierra un círculo importante en mi vida. No sería Miguel Báez sin el toro.
-¿Qué empuja más a aquel chiquillo que quiere ser torero. La dinastía, el ambiente, los sueños…?
-Indiscutiblemente el ambiente en el que me crío. Esa Huelva que miraba si a ese chiquillo que era el hijo del Litri le gustaba o no torear, que si qué cara ponía… Todo eso influía. Pero al final la llamada siempre la hace el toro cuando te pones delante y ahí ya sabes si esta va a ser o no tu profesión.
-Porque, además, el toro te probó con dureza.
-Sí, sí, como a todos. Aquí no se escapa nadie. Los toros no saben de carnet de identidad. Esto es duro y a mí me han dado duro. Pero también digo que me siento afortunado porque me han herido poco.
-Litri, Huelva... ¿Hasta dónde mediatiza eso en su carrera profesional?
-Pues en todo. Lo sabes desde el primer momento pero al tiempo que pasan los años y me ha tocado viajar o alejarme de esta tierra, reconozco que necesito cada vez más a Huelva.
-¿Qué es la felicidad, Miguel?
-Creo que el estar tranquilo con uno mismo.
-¿Se la dio el toro?
-Totalmente. Me hizo persona, torero y multiplicó al dos mil por cien la sensibilidad para vivir. Me abrió mis sentimientos, mi alma, mi corazón para entender la vida. Sí, el toro me hizo feliz.
-Miguel, treinta años de vivencia en torno al toro. Casi un tercio de vida.
-Y sigo vinculado. La ganadería, mi afición, los negocios.
-¿Quién le marcó más como compañero en la plaza?
-Indiscutiblemente muchos. Julio Robles, Romero, Antoñete, Dámaso González… pero por encima de todos Ojeda. Siempre será por suerte el que haya podido compartir el ruedo con él, aunque apretara cada tarde como nadie.
-Hablábamos de esa vinculación suya con el ambiente de esta Huelva. ¿Como viven sus hijos esta tierra?
-De una forma intensa. Vienen varias veces, en verano siempre. La infancia es vital para tener referencias. Procuro siempre que ellos tengan el punto y la referencia de su padre y esa referencia siempre ha sido y será Huelva.
-Hablar de referencias y siendo Litri, inevitablemente asociamos todo con La Merced.
-Impresionantes en todo. No sólo llevo a Huelva en mi alma sino en mi genética.
-¿La tarde más difícil?
-Aquella de Sevilla en la que se cayeron dos compañeros del cartel y lidiamos aquella mítica corrida de Ibarguen con El Tato y Pepín Liria. Por el previo, aquella fue la tarde más dura para mí.
-¿Y la de Nimes ese año 87?
-No. Eran muchas cosas al mismo tiempo, nuestros padres vestidos de luces, el acontecimiento… Aquellos momentos no daban para darse cuenta de muchas cosas.
-¿Qué no volvería a repetir en la vida?
-Esas temporadas de ciento veinte o ciento treinta festejos. Eso es una brutalidad. Ahí no se disfruta. Y el toreo está para disfrutar.
-¿Dónde ha disfrutado más?
-Siempre que me he puesto delante de un toro he disfrutado. Las tardes de Huelva siempre estuvieron en esa cima. No era sólo el triunfo sino el sentir que la gente te tiene dentro. Que eres parte de sus satisfacciones y eso sólo lo vivía en Huelva.
-Huelva, fútbol, Recre… otra seña de identidad de esta ciudad. ¿Qué piensa?
-Esa unión que ha provocado la situación del Decano dice mucho y bueno de esta ciudad y de todos los que nos sentimos choqueros. Esa lucha siempre merece la pena y ojalá sea para salvar esa carabela tan de Huelva que es el Recre.
-¿La causa social que más le llega?
-Ahora mismo estoy como patrono en un proyecto que se llama Fundación Alalá. Es algo que me entusiasma y me hace feliz.
-Siempre le hemos preguntado a su padre qué le decía a su hijo torero. Quiero hacerle la pregunta al revés. ¿Lo más trascendente que le ha dicho a su padre qué ha sido?
-Siempre lo he pensado pero nunca se lo he dicho. Pero sí, le diré que es mi eterna admiración como persona y como torero.

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