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sábado, 18 de marzo de 2017

Un tsunami peruano

¿De qué pasta está hecho este Roca Rey?

 Desde luego va más allá, mucho más, de ese tópico que generaliza a todos los toreros una pasta distinta a la de los demás mortales.
 Después del palizón que le dio un toro en Andújar, a mediodía del  viernes todavía estaba recibiendo asistencia médica, para paliar los dolores. 
Y del Hospital al Hotel, para ajustarse la taleguilla y formar un lío  gordo en esta séptima corrida de Fallas.
 Son cosas que no se pueden acabar de entender.
 Pero se dan.

No debiera estar muy satisfecho Simón Casas con la corrida que eligió para Valencia. Desde luego, si ese es el tipo de toros que pretende llevar  a Madrid, aviados estamos. Con un trapío demasiado justo y sin remate, no se podía tapar ni con el manido argumento de que era una corrida muy “armónica”, porque además no lo era.
 Los cinco titulares de Núñez del Cuvillo carecieron de fondo y casi hasta de vida; alguno tuvo calidad, especialmente el 4º, pero también el 6º, pero les costaba un mundo sacarla a relucir: a la segunda carrera ya estaban pidiendo oxígeno. El sobrero de Victoriano del Río no estaba llamado para mejorar la escena.
Roca Rey parece hecho contra toda contradicción. Hasta molido a dolores desde mediada la corrida, no quiso renunciar a salir una vez más por la puerta grande del coso de la calle Xátiva. Con lo cual eso de exponer los muslos frente al toro parece un juego de niño.
Muy variado siempre en el manejo del  capote, con imaginación para aportar variedad, técnicamente tuvo importancia la faena a su primero, que exigía una mano de seda, dejar las telas en la cara del toro, pero sin que nunca la punteara los pitones, para poder ligar los muletazos… Resulta hasta impensable que con tan débil enemigo se pudiera mover a los tendidos. Pero lo consiguió.
 Con más fuerza emotiva su faena al que cerraba plaza, prologada por un quite que puso a la plaza a revienta calderas. Si a este toro no le pincha, podría haber alcanzado un doble premio.
Y luego, claro, plantea siempre una puesta en escena que llena por completo el ruedo, con un sentido de superioridad encomiable, hasta a la hora de irse de la cara del toro. Nadie diría que este Roca Rey tan joven en tan sólo tres años se haya encaramado en el puesto que hoy disfruta.
 Pero lo ha conseguido y, además, para quedarse

Valencia 17/3/2017 :
."No hay billetes" y ambiente grande. Pero tanta expectación no se vio correspondida por la infumable corrida que echó Núñez del Cuvillo. Y no sólo por esa presencia tan justita y desigual; sino sobre todo por la carencia de raza y fondo. Están inventado un sin sentido: el toro anti emoción. Sólo esa varita mágica que lleva en el esportón Roca Rey salvó la tarde, para satisfacción de todo el personal, el aficionado y el espectador ocasional. Enorme con el capote, entendió y exprimió a sus dos toros, con sosiego, con buena cabeza, con clase además en el manejo de las telas, tanta como para tapar las carencias de sus enemigos. Manzanares pasó sin pena ni gloria, mientras que El Fandi ofreció todo lo que sabe hacer, con beneplácito del personales el 4º.

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