PLAZA DE TOROS DE LA MERCED
Huelva .Domingo, 2 de agosto de 2015
Toros de
Santiago Domecq y Ana María Bohórquez, el 4º y el 6º como sobreros.
Bien presentados y excelente juego. Destacaron el 1º con clase y el 4º extraordinario,
aplaudidos en el arrastre.
EL JULI, sangre de toro y oro, estocada (dos orejas) y pinchazo sin soltar y estocada defectuosa (ovación tras aviso).
MIGUEL ÁNGEL PERERA,
rioja y oro, estocada (oreja con petición de la segunda) y estocada
(dos orejas).
ALEJANDRO
TALAVANTE, caña y oro, estocada contraria (oreja) y estocada trasera (oreja)
3ª corrida de la
Feria de las Colombinas. Tres cuartos de entrada en tarde muy calurosa.
Saludaron
Joselito Gutiérrez en el quinto y Juan José Trujillo en el sexto.
Crónica de la Pregonera, LORENA MUÑOZ
Con más calor que las
tardes anteriores y menos público en los tendidos para la tercera de la Feria.
El año pasado este
mismo cartel con el Juli y Perera -y Morante en lugar de Talavante- casi llenó la plaza, pero
las temporadas pasan y el interés decrece.
El caso es que el silencio se hizo más evidente en
la plaza de la Merced y la concesión de trofeos fue desigual entre los toreros.
El de
Santiago Domecq fue un excelente encierro al que le cortaron siete orejas y los
tres toreros salieron a hombros, aunque con matices.
Hace un año Miguel Ángel Perera no
tuvo suerte con el lote pero ayer demostró que está en un gran
momento. Recibió al segundo de rodillas, con una cordobina y varias verónicas y se jugó los muslos en
el quite con unas ajustadísimas saltilleras. Con tres pases cambiados por la
espalda y el de pecho comenzó la faena de muleta, una labor muy centrada y con
mucho compromiso pero el toro, al que le faltaba transmisión, fue a menos.
No importó porque Perera,
muy valiente y de verdad, se pegó un serio arrimón. Al palco le faltó sensibilidad
para dar las dos orejas que merecía y el público pedía, así que la bronca fue mayúscula.
En el quinto
dejó otro templado
quite con chicuelinas y tafalleras rematado a una mano. Tras brindar al tendido
se plantó de rodillas y
firmó una primera
serie de mucha brillantez. Perera quería conseguir la puerta grande
y se fajó en el toreo en
redondo, con pases circulares. Cobró una estocada y el presidente esta vez concedió las dos
orejas.
El Juli, que
pasó como una
apisonadora el año pasado, tuvo un lote perfecto para triunfar. Cortó dos orejas al
primero pero en otro momento lo habría hecho con rotundidad. El madrileño estuvo
variado con el capote en un quite en el que intercaló chicuelinas y cordobinas
antes de rematar con dos medias. En la muleta tuvo a un gran toro que repitió con clase, al
que pudo torear a placer con la diestra y al natural. A medida que avanzó la faena el
Juli, capaz y solvente, acortó distancias y optó por un toreo en cercanías sin
enmendarse que llegó al público. Estoconazo sin puntilla, rapidísimo efecto y
trofeos igualmente veloces.
El cuarto, fue
devuelto tras lastimarse una mano en banderillas, aunque el presidente se
equivocó y sacó primero el pañuelo blanco. Se
peleó con los mansos
y acabó apuntillado en
las tablas. El sobrero fue un toro muy serio, que transmitía una
barbaridad y metía la cara con mucha calidad. El Juli lo citó en los medios, el de
Santiago Domecq iba largo y siguió embistiendo después de muchos muletazos, no
todos con la suavidad que requería. Amontonado en algunos compases, falló con la espada
y saludó la ovación en un toro de
triunfo.
Talavante firmó una buenísima actuación. Brindó al público al
tercero al que llevó al caballo con una suavidad exquisita y dejó en suerte con
una serpentina invertida preciosa. Comenzó la faena muy templado, sacó a los medios
al toro, que tenía muy buen son pero el caso es que la conjunción no llegó a ser
completa. El extremeño meció las muñecas al natural de forma exquisita, toreó con los vuelos
y refrendó con una
estocada que sirvió para cortar un trofeo.
El sexto fue
otro sobrero con el que Talavante se recreó con el capote y en la
muleta con estatuarios en el centro del anillo, excelso con la zurda y con un
temple infinito. Intercaló faroles con naturales a pies juntos y cortó otra oreja.
Tres horas de reloj duró el festejo. Por cierto, que el del coso sigue con
sus minutos de retraso. Ayer fueron seis.
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