Por VICENTE PARRA ROLDÁN

La ausencia del novillero onubense de Madrid y de Sevilla
había hecho que los aficionados recelaran de él y, pese a encabezar la
novillería de momento, había algunos que le negaban el pan y la sal.
Por ello,
el anuncio de su actuación en la arena sevillana causó extraordinaria
expectación, como se demostró en el lleno absoluto en los tendidos.

Con el diestro onubense actuaron Mariano Carriles que, tras ser
silenciado en el primero, dio la vuelta en el otro, y Rafael Jiménez “Chicuelo”
que dio dos vueltas al ruedo en su primero y cortó una oreja en el quinto,
saliendo al final del festejo a hombros junto con el triunfador de la tarde, el
onubense Antonio Borrero “Chamaco”.
El hervor del graderío se hizo patente y surgieron nuevos redondos
y de pecho en una faena de toreo serio y clásico antes de cerrarla con
manoletinas para dejar una estocada, concediéndosele la primera oreja.
En el que cerró plaza, el onubense llevó a cabo una faena
compuesta por redondos muy buenos y aguantando en los de pecho, reaccionando en
su favor el público y tocando la música. Concluyó de nuevo con manoletinas para
dejar media en lo alto y cortar otra oreja que le posibilitó la salida a
hombros.
En los tendidos se mantuvo la polémica en torno a la
personalidad del torero choquero pero, en esta ocasión, salió triunfador de la
dura prueba a la que fue sometido y, consciente de su responsabilidad, puso en
todo momento valor y afán de complacer que le proporcionarán el rotundo triunfo
de las dos orejas y la consiguiente salida a hombros.
Al festejo acudieron numerosos aficionados onubenses
seguidores del novillero del Barrio del Matadero que gozaron con su actuación
y, fundamentalmente, con su triunfo en tan complicado escenario, donde Chamaco
era esperado con cierta animadversión por los espectadores locales al no
haberse presentado con anterioridad y hacerlo prácticamente en vísperas de su
paso a la categoría superior.
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