No se puede ser figura sin competir
Que José Tomás es torero de una arrolladora personalidad, gran pureza conceptual y un excepcional tirón taquillero no seré yo quien lo niegue.
Pero si fuera el torero de
época que sus incondicionales proclaman -muchas veces tratando de minimizar a los demás grandes toreros del escalafón-, en vez de volver para cuatro o seis “gaches” en plazas de poco compromiso con toros ad hoc, y compañeros de cartel escogidos adecuadamente para el caso, se anunciaría en las ferias de Valencia, Sevilla, Madrid, Bilbao, Pamplona, Zaragoza y en todas las de mayor compromiso del largo y cálido verano, alternando con Ponce, El Juli, Morante, Manzanares, Talavante, Roca Rey y con todos los que se baten el cobre un año tras otro dándole armazón a la temporada taurina.

Si eso decidiera se ganaría el respeto de muchos aficionados, y el mío el primero.
Y eso, estuviera mejor o peor.
El hecho de que continúe practicando la vieja y falsa doctrina de “el buen paño en el arca se vende”, es una razón de peso para tener la mosca detrás de la oreja respecto a su condición de figura.
De continuar con sus “guadianescas” reapariciones, no creo sea ninguna herejía expresar serias dudas al respecto.
Pero, claro, eso tiene un trámite; competir en el ruedo con el torero más importante desde Joselito “El Gallo” hasta nuestros días
No hay comentarios:
Publicar un comentario