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lunes, 19 de julio de 2021

REPARAR UN AGRAVIO

 

Por Vicente Parra Roldán


Una vez que José Luis Pereda García había encarrilado la gestión del coso de La Merced, y para poder atender también sus otras actividades, decidió dejar la dirección del coso taurino en manos de sus hijos políticos. Fue una transición que todo el planeta taurino onubense comprendió y, por ello, dio el apoyo incondicional a los nuevos empresarios.

Incluso, cuando se celebraron las bodas de plata de la reinauguración de la plaza, se celebraron diversos actos en honor de José Luis Pereda García, destacando el desvelamiento de un busto que, colocado sobre un pedestal, se ubicó en el pasillo de acceso a la plaza por la Puerta Principal. La obra, obsequio de ese gran aficionado taurino que es Manolín Muñoz, quedó allí establecida para honrar el trabajo realizado por José Luis Pereda García y que, en años posteriores, se conociera la gran labor llevada a cabo para la reinauguración del coso y para que Huelva pudiese contar con una plaza de toros.

En cierta ocasión, la Huelva taurina se levantó con la noticia de los problemas existentes entre los componentes de la familia Pereda. Realmente, ni sé lo que sucedió ni me interesó pues pienso que es un problema familiar que debió resolverse en la intimidad, alrededor de una mesa camilla. Pero la situación debió ser muy dura porque una de las primeras medidas que adoptaron los nuevos hombres fuertes de la plaza fue eliminar la estatua de José Luis Pereda García, al que fulminaron con todas las consecuencias, dejando el hueco donde no se reemplazó con nada y que hubiera servido para despistar.

Ahora que, al parecer, los choques familiares han desaparecido y las riendas de la plaza las ha tomado José Luis Pereda López es un buen momento para restituir al padre en el lugar que se merece en la plaza de toros que, recordemos, existe porque él se empeñó en conseguirlo. Sería de justicia que se le volvieran a reconocer los méritos acumulados durante tantos años y que, por una serie de circunstancias que no nos importan, fueron olvidados.

No hace falta ninguna ceremonia para la reapertura de la estatua; basta que, cuando los espectadores acudamos el próximo día 31 a la primera corrida de feria, podamos ver a José Luis Pereda García en el lugar que le corresponde. Sería de justicia por tanto como ha luchado para que esta plaza fuese una auténtica realidad, superando innumerables problemas de toda índole, entre ellos esos familiares que tanto le han dolido.

Enhorabuena, José Luis Pereda García, y que te contemplemos durante muchos años en tu sitio en la plaza de toros de La Merced, tu otra hija.

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