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sábado, 13 de mayo de 2017

Las rebajas del patrón

La estética de Morenito vuelve a cautivar Madrid



La oreja de escasísimo peso que paseó Morenito de Aranda es la constatación de dos realidades; la primera, que Madrid —al igual que Sevilla— ya no es lo que era (“cuando el que manda es el público”, decía Pepe Luis Vázquez, “la fiesta se desmorona”); y la segunda, que hay tantas ganas de ver torear, hay tanto cansancio acumulado de tardes de desesperado aburrimiento, que cuando el tendido ve a un señor con un porte elegante, que se coloca en su sitio y traza algún buen muletazo trufado con medios pases, sueña literalmente el toreo. Es decir, que imagina lo que quisiera ver, y engrandece lo que la vista le transmite.
De aquellos toros de El Ventorrillo que en algún momento derrocharon codicia y cierta casta, y que recordarán, entre otros Uceda Leal, Alejandro Talavante y Enrique Ponce, al saldo infumable, por manso y moruchón, de ayer, hay un abismo. Una ganadería, otra más, por el desfiladero de la mansedumbre imparable. Pero como ocurre tantas veces resulta que salió un precioso burraco, el quinto, que por el pitón derecho fue un torrente, para tapar, un poquito, el desastre de su hierro.
El toro se venía casi al vuelo de la muleta y Morenito de Aranda trató de capear el temporal de embestidas con cierta compostura. Lograba una primera parte del muletazo por bajo para verse en apuros en el momento de rematar, siempre por arriba, a merced de los puntazos del toro. Pero la faena tuvo transmisión, la del toro, y los modales del torero completaban un conjunto que llegó a la gente. Tanto que hubo cierta petición de oreja, concedida a regañadientes, con exagerada bondad.
Sin embargo lo más torero de Morenito fue su muleteo al segundo de la tarde. Estuvo templado y hubo aroma en su labor. Román se plantó firme ante un lote áspero, muy bronco. Nunca se dio por vencido y además mató a su primero de una gran estocada. Eugenio de Mora se estrelló ante un buey, el primero, y un tullido, el cuarto
.Ficha del festejo:
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Segunda de San Isidro. Media plaza. Toros de El Ventorillo, de deslucido comportamiento a excepción del quinto, para Eugenio de Mora, Morenito de Aranda y Román.
Eugenio de Mora, silencio tras dos avisos y silencio
Morenito de Aranda, ovación tras aviso y oreja
Román, silencio y silencio tras aviso

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