Un paseo familiar desde la Plaza de la Merced (Catedral), hasta el ruedo de la centenaria Plaza de Toros.
Que la tauromaquia es Cultura no lo debe dudar nadie, CULTURA con mayúsculas.
Es una seña de identidad innegable de nuestro
pueblo desde hace cientos de años.
Los momentos que vivimos son difíciles, para todos sin duda, pero uno
de los sectores más afectados en este sentido por el Covid-19 es la
tauromaquia.
Cientos de familias de forma directa o indirecta son participes de
esta anómala situación, ganaderos, empresarios, toreros, subalternos,
picadores, mozos de espadas, mayorales, cuadras de picar, chofer,
areneros, vaqueros, transportistas,… podríamos seguir enumerando y sería
interminable de profesionales del sector taurino.
La familia taurina es amplísima y todos están afectados, incluidos
los aficionados que son quienes mantienen en gran parte esta fiesta.
Por ello Huelva, como Sevilla, Badajoz, Granada o Albacete serán quienes den ese "paseo familiar por la Tauromaquia".
Por nuestra fiesta y sus protagonistas, por nuestra Cultura y nuestra
pasión. Porque entre todos tenemos que poner nuestro granito de arena
para que todo esto vuelva a su cauce.
Con responsabilidad y con respeto, apoyando la causa
¿Quién defiende la tauromaquia?
—Me maravilla que siempre sea el aficionado el que defienda los intereses del espectáculo. Si se prohibiese la Coca-Cola, no saldría nadie con pancartas a defender a la empresa, sería la propia empresa y todos los interesados los que se levantarían y pronunciarían, ¿no? Aquí no, a los interesados les importa un pimiento todo esto. Cada vez que se le pega un latigazo al toreo, quien se levanta en armas es el aficionado, para defender intereses que ni siquiera le pertenecen. Eso es maravilloso. No hay un espectador, no hay un cliente en ningún negocio, como el de los toros, tan bueno, y tan fidelizado.
.Luis Francisco Esplá.
¿Quién defiende la tauromaquia?
—Me maravilla que siempre sea el aficionado el que defienda los intereses del espectáculo. Si se prohibiese la Coca-Cola, no saldría nadie con pancartas a defender a la empresa, sería la propia empresa y todos los interesados los que se levantarían y pronunciarían, ¿no? Aquí no, a los interesados les importa un pimiento todo esto. Cada vez que se le pega un latigazo al toreo, quien se levanta en armas es el aficionado, para defender intereses que ni siquiera le pertenecen. Eso es maravilloso. No hay un espectador, no hay un cliente en ningún negocio, como el de los toros, tan bueno, y tan fidelizado.
.Luis Francisco Esplá.
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