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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Actuaciones familiares en los cosos onubenses


Repasemos las grandes dinastías que han pasado por los distintos cosos onubenses, en esta ocasión nos detendremos en aquellas familias, con tres miembros al menos, que han tenido participación en la historia taurina onubense a lo largo de los últimos ciento veinte años.

A nivel local, y sin llevar un orden cronológico, hay que citar a los Borreros, empezando por Antonio Borrero “Chamaco”, quien debutó en Huelva el 3 de mayo de 1.953. Años después, concretamente el 18 de julio de 1.964 lo haría su hermano Sebastián que se anunció como “Chamaco II”. Más tarde, el 4 de agosto de 1.989 lo haría su hijo Antonio Borrero Borrero “Chamaco”. Los tres miembros de esta familia llegaron a ser matadores de toros.

Otra saga familiar onubense fue la de los Pérez Recio, que abrió Juan, quien debutó en nuestra ciudad el 2 de julio de 1.950. Su hermano Florencio actuará por vez primera ante sus paisanos el 16 de julio de 1.955. Y otro hermano, Antonio, lo hizo el 18 de junio de 1.967. El cuarto miembro de la saga familiar que toreó en Huelva fue el tristemente desaparecido Antonio, hijo de Florencio, y que se anunció como Antonio Pérez “El Onubense”. Su debut lo hizo el 7 de septiembre de 1.986. Fue el que más lejos llegó, debutando con caballos.

Otra familia de raíz choquera que pasó por los cosos onubenses fue la de los  Posada. El primero de ellos fue Faustino, que se presentó en Huelva el 5 de mayo de 1.907. El 15 de junio de 1.911 lo haría Francisco. El 12 de mayo de 1.918 lo hizo Juan Barranco. El 29 de agosto de 1.920 lo hizo Antonio. El 28 de marzo de 1.928 lo hizo Juan Barranco Posada mientras que su hijo Antonio debutó el 7 de septiembre de 1.986 y, finalmente, su nieto, “Posada de Maravilla” lo hizo el 19 de marzo de 2.014.

Entre las familias forasteras destaca la de los Ordóñez. El primero que toreó en Huelva fue Cayetano “El Niño de la Palma” que lo hizo el 7 de junio de 1.925. Años después, el 24 de abril de 1.949 lo hizo, como novillero, su hijo Antonio, cuyo hijo político, Francisco Rivera “Paquirri” actuó por primera vez en Huelva el 2 de agosto de 1.965 también como novillero. Los biznietos de Cayetano, nietos de Antonio e hijos de Paquirri, Francisco y Cayetano pisaron el albero onubense el 31 de julio de 1.998 y el 2 de agosto de 2.008 respectivamente.

Otra prolífica familia taurina fue la de los Bienvenida. Manuel Jiménez Rapela actuó por primera vez en Huelva el 6 de septiembre de 1.906; su hijo Pepe el 3 de agosto de 1.943 y al año siguiente se produjo la curiosidad de poder contemplar en el mismo cartel a Pepe, Antonio y Ángel Luis Bienvenida, debutando en Huelva los dos últimos.7

Otra familia que ha contado con tres toreros en nuestras plazas, los Camino. El precursor de la dinastía, Rafael “Rafaelillo de Camas” se presentó el 4 de mayo de 1.943; su hijo Paco lo hizo el 3 de agosto de 1.968 mientras que nieto Rafi debutó, como novillero, en Huelva el 31 de julio de 1.986.

Una saga muy unida a nuestra ciudad, la de los Espartaco. La senda la abrió el padre Antonio, que debutó, para tomar la alternativa, el 19 de marzo de 1.966. Años después, su hijo Juan Antonio hizo su primer paseíllo, como novillero, en la Plaza Monumental, el 30 de julio de 1.978 mientras que otro de sus hijos, Francisco José lo hizo en La Merced el 6 de junio de 1.985.

Una nueva familia, de la que tres de sus miembros, han actuado en Huelva, la de los Campuzano. El primero de ellos fue José Antonio que lo hizo el 4 de agosto de 1.976; poco después lo haría su hermano Tomás, concretamente el 30 de julio de 1.980, cerrando el abanico otro hermano, Javier, que, como novillero, actuó el 31 de julio de 1,987.

Finalmente, hay que hacer mención a la presencia de la familia Domecq en la capital onubense. Álvaro Domecq y Díez lo hizo por primera vez el 3 de agosto de 1.945; su hijo Álvaro debutó el 19 de marzo de 1.966; su nieto Luis lo hizo el 5 de agosto de 1.991 y su otro nieto, Antonio, el 6 de agosto de 1.994.
En un próximo artículo hablaremos de las actuaciones de padres e hijos o de los hermanos, que también han sido muy numerosas.

Por  Vicente Parra Roldán.

 

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