No hay manera de librarse de los mano a mano ficticios y ayer se anunció otro de los tantos sobre la base de una rivalidad inexistente, la de Morante y Manzanares.
Pero, al menos, ha puesto de manifiesto que en realidad se enfrentaban el lujo y la baratija, el toreo hondo, sobre la base de la pureza en la ejecución y la hondura infinita y solemne de Morante y la superficialidad, la engañifa y el toreo barato de Manzanares.
Para ellos una corrida de Cuvillo, que aunque blandita tuvo clase, y nos regaló un toro, el segundo, para inmortalizarlo.
No tuvo suerte el ganadero porque Manzanares lo desgració entre trampas, muletazos metido en el cuello, descarada y alevosa superficialidad escondiendo la pierna contraria. Vamos, Manzanares en carne viva.
Tampoco estuvo a la altura del sexto, otro gran toro, aunque se alivió algo menos, en un toreo lineal y perfilero, que ya es un mérito en este torero, lo que sería un pecado en los que sabemos...
Se empeñó en matar en la suerte de recibir y le salió un adefesio. Aunque reconozco en en sus dos toros anteriores mató de soberbias estocadas
Bilbao, miércoles 20 de agosto de 2014.
Toros de Núñez del Cuvillo, correctos aunque desiguales de presentación. De buena condición 2º, 5º y 6º. Deslucidos 3º y 4º. Noble aunque bajo de raza el 1º.
Morante de la Puebla: Ovación con saludos, pitos y oreja;
José María Manzanares: Ovación con saludos, ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso.
Entrada: Tres cuartos de plaza.
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