La noticia de la cogida mortal de Víctor Barrio en Teruel ha sido un impacto enorme que trastoca toda la actualidad taurina.

Dolor por Víctor Barrio que en plena juventud se ha dejado su vida en una plaza. Y rabia cuando ahora mismo sufrimos las campañas que califican de asesinos a la gente que pisa los ruedos. En otra época la muerte de un torero era motivo de consternación general. Pero gracias a quienes con dinero desde Holanda financian el movimiento contra los toros esta muerte ya está siendo celebrada de forma infame en las llamadas redes sociales. Parece que dejarse la vida en plena juventud en los pitones de un toro es un merecido castigo.
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