La recién concluida feria de San
Isidro con el añadido del Arte y Cultura deja una cosa clara y evidente. La
afición quiere variedad de encastes. Resulta que lo mejor de esta feria de San
Isidro es que por sus chiqueros han salido toros buenos de encastes diferentes.
De Núñez, de Contreras, de Santa Coloma, de Saltillo Albaserrada, de Lisardo y
hasta de esa mezcla de Conde de la Corte con Atanasio, en forma de un novillo
extraordinario de Couto de Fornhilos.
Las
figuras de ahora son incapaces de anunciarse con ganaderías que no vengan con
sangre Domecq. Esto nos llevará, o mejor, nos ha llevado a una fiesta, en las
que las tardes importantes, con figuras, sean una autentica muestra de muerte de
la fiesta, aburrimiento y sosería ante la falta de rival para los toreros. Lo
peor es que el animalejo que matan tampoco tiene presencia, ni trapío y en
innumerables casos esta bajo sospecha de manipulación.
Por
eso toreros como Javier Castaño, Fernando Robleño o Iván Fandiño destacan por
encima de las figuras del momento. Ellos no son figuras, son más que eso, son
toreros, y son capaces de matar todo tipo de encastes.
La
figura de ahora esta sostenida por el abanico de cuatro varales. Cuvillo,
Victoriano del Río, Garcigrande o Juan Pedro. Todo bajo el monoencaste Domecq. Y
no es que todo lo de Domecq sea malo, pero cuando una ganadería tiene castita o
la sensación de que puede dar problemas de movilidad, acometividad en la plaza,
la figura lo desecha, que se lo digan a Ricardo Gallardo o a Alvarito
Domecq.
En
estos momentos, en los embarques y reseña de toros, no manda el ganadero. Ahora
son los veedores de las figuras los que dicen si ese toro va a la plaza o no,
una verdadera vergüenza.
Debería ser el ganadero, el que
embarque para defender el honor de la ganadería y no plegarse a los tira aflojas
de veedores y mandados.
Para
una fiesta más creíble, San Isidro debería de confeccionarse por sorteo,
ganaderías y toreros en una copa, al estilo mundial de futbol. Así se vería
quien es capaz de meterse en el bombo, salga lo que le salga. Que si a Juli, le
toca la de Cuadri, pues a torearla, que si a Morante la de Escolar, se siente, y
si a Fandiño la de Juan Pedro, pues mala suerte
muchacho.
La
afición y el público interesado en la fiesta ya se han dado cuenta de que si se
sigue por este rio vamos directos a la catarata, excepto los palmeros,
e interesados.
Por FRAN( todotoros noticias)
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