El empresario de Las Ventas aseguró que al toro"le queda muy poquito", palabras literales de la cabeza de Taurodelta.
Por su interés, lógica y y valor de propuesta válida, lo reproducimos a continuación.
El domingo, en el programa "Los Toros" de la Ser y la semana pasada en CarruselTaurino, el empresario de Las Ventas, José A. Martínez Uranga dijo que a la Fiesta le queda muy poco tiempo, y que su hijo será la última generación que pueda vivir del toro.
Solamente él sabrá si es un sentimiento real o es una estrategia victimista. La situación es complicada, cierto, pero para el toreo, y para toda la sociedad. ¿O no es un momento complicado para el cine, el teatro o casi cualquier otro sector que se nos pueda ocurrir?. O el mismísimo fútbol, que tras el oropel del Barsa-Madrid se encuentra en una situación dantesca. No hay que olvidarse que vivimos la mayor crisis económica en muchas décadas. ¿Cómo no va a remover los cimientos del toreo?. Es normal, pues está removiendo los cimientos de nuestro país, que es España. El quid de la cuestión está en que ha cogido al sector con los deberes sin hacer, sin unos cimientos fuertes, que permitan solventar éstos años, con garantías.

En éste clima de aislamiento y de control, nunca se preocuparon del aficionado, mucho menos del público, y ya no digamos de la SOCIEDAD. Ésa sociedad en continuo proceso de transformación mientras el taurino de turno se dedicaba a hacer "cartelitos". Pero hay un elemento del que no hemos hablado, que es la ADMINISTRACIÓN, que al perder fuerza social el toreo, o más bien músculo (ya hablaremos), ha abusado de la Fiesta, y la casta empresarial taurina, en vez de trabajar para rebajar costes administrativos e impuestos en los años de bonanza, a lo que se ha dedicado es a medrar de forma local en aquellas plazas dónde interesaba aliarse con el político de turno para que le concediesen una plaza. ¿Que había que pagar un canon muy alto?, pues ahí estaba el torero y el ganadero para pagar el pato, y a los aficionados para pedirle 70 € por un tendido y un espectáculo cada vez peor. Éso era más fácil, que trabajar en mejorar la imagen y que te bajaran el IVA por ej. (no hablo de ahora, hablo de la época de bonanza).En éste clima de aislamiento y de control, nunca se preocuparon del aficionado, mucho menos del público, y ya no digamos de la SOCIEDAD. Ésa sociedad en continuo proceso de transformación mientras el taurino de turno se dedicaba a hacer "cartelitos". Pero hay un elemento del que no hemos hablado, que es la ADMINISTRACIÓN, que al perder fuerza social el toreo, o más bien músculo (ya hablaremos), ha abusado de la Fiesta, y la casta empresarial taurina, en vez de trabajar para rebajar costes administrativos e impuestos en los años de bonanza, a lo que se ha dedicado es a medrar de forma local en aquellas plazas dónde interesaba aliarse con el político de turno para que le concediesen una plaza. ¿Que había que pagar un canon muy alto?, pues ahí estaba el torero y el ganadero para pagar el pato, y a los aficionados para pedirle 70 € por un tendido y un espectáculo cada vez peor. Éso era más fácil, que trabajar en mejorar la imagen y que te bajaran el IVA por ej. (no hablo de ahora, hablo de la época de bonanza).
La industria del toreo, en su aislamiento, se ha ido ESTRANGULANDO por sí misma. Por una parte, tenemos a la SOCIEDAD a la que no se le ha explicado nada ( y de ahí derivan los problemas políticos, la falta de ingresos extraordinarios, la poca atención de los medios...), al aficionado y al público solamente se les ha requerido para cobrarles, pero nunca para hacerles partícipes, y además se ha perdido su confianza. Y una administración que supone un yugo para el sector (cánones, impuestos, burocracia...). El aislamiento (para mandar) y la endogamia ha traido la destaurinización de la sociedad, la pérdida de confianza del público y aficionado, y ha desembocado en la estrangulación económica y social de la fiesta, que es donde estamos ahora. Agravada por la crisis económica.
En definitiva, ésta casta empresarial que ha manejado la tauromaquia en las últimas décadas, y que NO FUERON CAPACES DE CREAR UNA INDUSTRIA FUERTE, MODERNA Y ABIERTA que diera músculo social, cultural y económico al sector de la tauromaquia. Éste es el problema. Es falso que el problema sea artístico como desde la propia industria se induce, para entretener al personal. La propia historia del toreo en su vertiente artística está en continua evolución. Por ello, entretenerse en Perera o Juli (por poner un ejemplo) es una pérdida de tiempo. Que además se repite a lo largo de la historia del toreo.¿Entonces hay solución?.
Si no se cambia, es evidente que no hay solución.
En mi opinión el cambio deben ir por los siguientes puntos:
1º Creación una ESTRUCTURA PROFESIONAL que de musculatura económica, social, cultural e institucional a la Fiesta (Después del verano publicaré mi propuesta de como debe ser ésa estructura)
2º Creación de redes locales, gestionada por ésa estructura profesional y centralizada, con grupos de trabajo por CCAA, para acercar la Fiesta al pueblo y solventar problemas locales y generar oportunidades.
4º Regenerar un clima de confianza a nivel interno (entre taurinos) y externo (taurino-agentes externos): Tornos, creación estadísticas asistencias, simplicación de la relaciones laborales y mercantiles en el sector, separación de poderes (por ej. un empresario no puede ser apoderado)...
5º Liberalización del sector y libertad empresarial. Que se programe aquello que el público demande.
6º Nuevas fórmulas de programación.
Todo ello lo explicaré en un trabajo que presentaré después del verano, y que quizás sea mi última aportación a la Fiesta como aficionado. Ése trabajo, puede ser perfectamente complementario al que han presentado otros aficionados y compañeros, y que creo que se debería prestar atención.
Si todo ésto se hubiese hecho hace 40 años, tendríamos una de las mayores industrias culturales del mundo. Nunca entendieron que su trabajo NO era "dar toros", su trabajo era que los públicos y la sociedad conociesen,respetasen y amasen la Fiesta. Y luego viene lo otro, que es monetizar productos y servicios (corridas de toros,merchandising, viajes, ocio....).
NOTA:
¿Están dispuesto a hacerlo desde ANOET,que es quien agrupa, a la casta empresarial?.
Aquí es dónde me vuelvo pesimista absoluto. Tengo dudas sobre si quieren, si pueden y si saben. Pero me temo que a ellos les va muy bien, y que en el peor de los casos, siempre le quedarán (a parte de las rentas ganadas en décadas) 10-12-15 plazas señeras que seguirán regentando . Ya les digo que el toreo no se va a prohibir, y no se trata de ésto, se trata de que permanezca con su grandeza y sin que los aficionados estemos estigmatizados.
Se necesita mucho talento, mucho tiempo, mucho trabajo y mucho dinero (no tanto como puedan pensar), pero si no lo intentan, espero que les caiga, para siempre, el dudoso honor, de haberse cargado el mayor patrimonio cultural de éste país. Y que ése honor, les sea reconocido.
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