Se irá Padilla. Una última vuelta de despedida en los ruedos en 2018 , en el 25 aniversario de su alternativa
- La milagrosa reaparición en 2012 fue una nueva vida. Tan sólo cinco meses después de perder en Zaragoza el rostro, un ojo y el oído. La tragedia del 8 de octubre de 2011 se convirtió en la resurrección del hombre reconstruido. La fuerza íntegra del torero hecho sobre la dureza de las ganaderías de pedernal volvió en Olivenza. Otros carteles, otros hierros.
Pasado el tiempo, Juan José, convertido en pirata, idolatrado en Pamplona, ha cumplido todos los sueños, quemado todos los cartuchos, apurado todas las facultades.El Ciclón ciclópeo de Jerez también ha comprado en estos años todos los cupones de la suerte habidos y por haber. Una lucha constante contra el destino y demasiados percances terroríficos. "Siete vidas he contado..." Una inesperada Puerta del Príncipe en 2016 fue la culminación de las fantasías. El colofón de la existencia resurrecta.
Ahora Juan José Padilla dice adiós. El guerrero vencedor de mil batallas apurará una vez más la copa de vino. El descanso espera en su rincón del sur con el máximo merecimiento.
"Después de 25 en activo, con una vida torera llega de éxitos y fracasos, agradecido a la profesión y a la vida, creo que ha llegado el momento de decir adiós a mi profesión. La de 2018 será la última en activo. Cuando finalice la misma, dejare el traje de luces".
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