Por Santi Ortiz
Está recién salidito de la imprenta y nos trae la buena nueva de otro libro de toros a añadir al vasto espacio literario que la Tauromaquia acuna aun en estos tiempos en que, desde el Ministro de Cultura y la progresía política hasta el animalismo y cierta parte de la sociedad, todo parece alinearse en contra de la Fiesta.
De este estado de cosas se hace eco el título de la obra: “La tauromaquia en tela de juicio”, pero su contenido es mucho más rico, pues no se limita a recoger las tribulaciones que fustigan al noble arte del toreo y sus posibles soluciones, sino que abarca un amplio abanico de temas en los que la fiesta brava está contemplada desde diversas perspectivas y en toda la escala temporal: desde el pasado hasta un futuro próximo en el que ya trabajan un colectivo de personas, entre las que figura el autor. Éste no es otro que el prestigioso escritor y periodista taurino José Carlos Arévalo, fundador y director durante muchos años de las revistas Toros 92 y 6TOROS6, autor de una fecunda obra literaria y una de las plumas más lúcidas y eruditas de la bibliografía taurómaca.
Este libro, que, como confiesa su autor, nació buscando argumentar de forma inobjetable las evidencias que permitirían a la tauromaquia optar a ser considerada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad –reconocimiento que debe ser solicitado por el Estado español–, no tuvo más remedio que ir ampliando sus objetivos, pues dada la composición política y el talante mostrado por el actual Gobierno ante la fiesta de los toros, la hipotética solicitud quedaba encuadrada dentro de la utopía más descabellada, quimérica e ilusoria. No obstante, el arranque del libro –donde el autor no ha hecho la mínima concesión al subjetivismo– expone de manera detallada, clara y precisa cómo el toreo satisface todos y cada uno de los requisitos exigidos por la Unesco para que nuestra Fiesta goce de tan importante patrimonio: factor fundamental para el mantenimiento de nuestra diversidad cultural frente a la creciente globalización.
Tanto en este inicio, como en el resto de la obra, todo está presidido por la claridad: claridad expositiva; claridad literaria; claridad taurina; claridad histórica; claridad argumental y hasta claridad emocional, pues hay parcelas deliciosas del libro donde el escritor y erudito cede el sitio al hombre que les da vida; al hombre que derrama sus sentimientos sobre el profundo amor que siente por la fiesta de los toros.
La primera parte de las dos que componen el libro configura una convincente teoría de las corridas de toros sintetizada a modo de informe del que se ha eliminado toda retórica. La segunda –crítica y más subjetiva– aborda de frente y sin tapujos la situación actual de la tauromaquia y el doble ataque –interior y exterior– que la flagela: desde dentro, el obsoleto orden que la paraliza; desde fuera, la doble ofensiva antitaurina de los animalistas y la progresía política, que han hecho cruzada de su abolición. Para cierre, nos invita a un somero paseo por las distintas relaciones que la Cultura ha establecido con la Tauromaquia, desde las artes plásticas, como la arquitectura, la pintura, el dibujo y el grabado; el cartelismo, la fotografía, la escultura y la artesanía taurina, con sus trajes y diferentes trebejos, hasta la música, pasando por el cine y los distintos géneros literarios que abordan la tauromaquia.
¿Sabía usted qué factores políticos, culturales y sociales contribuyeron a la aparición y desarrollo de la lidia? ¿Que genéticamente la de lidia debe ser considerada como una raza de razas, insustituible porque contribuye a la biodiversidad como ninguna otra? ¿Que el toro posee una doble circulación coronaria que lo previene del infarto?
¿Cuándo se creó y cómo ha evolucionado la bravura? ¿Por qué el toreo es la antítesis de la tortura? ¿Cómo desvela la lidia el comportamiento del toro? ¿Por qué fases ha pasado la tauromaquia en su evolución? ¿Por qué el taurómaco es un arte diferente a todas las artes?
¿Sabía usted que el toreo habla con un lenguaje propio? ¿Cuál fue la génesis y evolución de la cuadrilla? ¿Qué conoce de las otras tauromaquias que precedieron a la lidia? ¿Sabía usted que el del toreo es un mercado libre, pero intervenido? ¿Cuánto nos falta para la creación de una Federación Española de Tauromaquia?
¿Qué aportaciones ha hecho la investigación científica al primer tercio de la lidia? ¿Qué se debe cambiar en la suerte de varas? ¿Y en el segundo tercio? ¿Y en el último? ¿Es necesaria una auditoría de la lidia? ¿Debería volver el toro a su romana natural?
¿Existe realmente un paralelismo entre la política y los toros? ¿Qué es el pensamiento zombi y cómo agrede a la tauromaquia? ¿Cómo afecta al toreo la realidad virtual y el animalismo subnormal? ¿Qué decir del colaboracionismo mediático con los movimientos antitaurinos y de la expulsión informativa de las corridas en los grandes medios audiovisuales?
¿Sabía usted que la versión más profunda de la tauromaquia –la lidia– es un invento urbano y que será la ciudad la que reconstruirá el desarticulado sector taurino? ¿Que la crisis estructural que padece la Fiesta habrá de forjar su futuro? ¿Quién debería hacer frente al enemigo externo? ¿Es la tauromaquia el epicentro de una guerra cultural? Y por último, ¿ha pensado usted por qué vamos a los toros?
Todas estas cuestiones y muchas más encuentran respuesta en la obra de José Carlos. Además, como antes señalábamos, se pasa revista a las distintas relaciones existentes entre tauromaquia y cultura, y el autor profundiza en su inefable degustación del toreo. Es una gozada sentirlo hablar de toros, de toreros, de la Fiesta. Bien está que el libro comenzara su génesis dirigido a las autoridades políticas españolas, pero en su desarrollo concluye siendo un arma poderosa en manos de los aficionados. Al relato antitaurino hay que rebatirlo punto por punto con otra exposición pro taurina, y en esto el libro aporta un cúmulo de argumentos de peso que nos ayudarán a fortalecer no sólo nuestra afición, sino también la militancia que, como amantes del toreo, nos exigen los tiempos.
Yo ya lo he leído y disfrutado, por eso me ratifico en el título de este escrito: “La tauromaquia en tela de juicio” es un libro que todo aficionado debería leer. He dicho.
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