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viernes, 12 de marzo de 2021

OBITUARIIO

 PACO BAYO, UN AFICIONADO TAURINO Y CABALLAR

Víctima de una larga y cruel enfermedad, días pasados falleció el industrial onubense Francisco Bayo García, aficionado taurino y propietario de la recua de mulillas que desde siempre hacen su servicio en la Plaza de Toros de La Merced .

Paco Bayo, como se le conocía popularmente, era un gran amante del mundo equino y poseía algunos animales que, en los primeros años de la década de los 70, los puso a disposición de la empresa que regía el coso de la Monumental gracias a su amistad con Juan Quintero. Y las mulas, entonces al mando de Gregorio Domínguez, cumplieron a la perfección su cometido.

Con la reinauguración del coso de La Merced, José Luis Pereda García confió esta labor al equipo que, hasta entonces, venía realizándola, y Paco Bayo puso a disposición de la plaza su equipo tanto de trabajadores como los animales a los que aderezó con unas mantas en las que aparecía el hierro de la propiedad. Un lujoso tiro que engalanaba cada festejo .


Durante las treinta y siete temporadas de actividad de La Merced, las mulillas han cumplido a la perfección el trabajo a desarrollar y, en numerosas ocasiones, se han ganado el aplaudo unánime de los espectadores. También hay que decir que Paco Bayo ha sido un hombre muy generoso con el mundo taurino y, así, cuando se han celebrado festejos benéficos en el coso mercedario, su equipo ha trabajado gratuitamente para hacer posible una mayor recaudación. Como también hizo en tantas otras ocasiones, como cuando prestó sus animales a la Hermandad de Emigrantes para que llevaran la carroza con el Simpecado.

En su finca en Gibraleón ha quedado un hueco que será difícil de llenar tanto en el seno familiar como en el animal por cuanto, a lo largo de su vida, Paco Bayo se entregó en cuerpo y alma a su familia, lo mas importante que tenía, y a su cuadra, especialmente a las mulillas que utilizaba en el arrastre de las reses lidiadas en las plazas de toros no sólo de la capital sino también de numerosas otras localidades de la provincia que, ante la demanda de las empresas, ahí estaba Paco Bayo, un hombre bueno, para cederles generosamente,

Descanse en paz, el buen aficionado Paco Bayo.

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