EL DÍA DE SAN JOSÉ NO HA SIDO MUY TAURINO
Por Vicente Parra Roldán
La fecha del Día de San José, antaño festivo, no ha sido muy taurina en nuestra ciudad y en contadas ocasiones se han celebrado festejos. En los últimos ochenta años, tan solo se dieron espectáculos en cuatro años.
El primero de ellos tuvo lugar en el año 1964 y son muchos los aficionados onubenses que aún lo recuerdan porque aquella tarde el triguereño Pablo Gómez Terrón pagó un caro tributo de sangre. Su casta al querer replicar a una irresponsable voz lo llevó a un terreno inverosímil, propicio para la cornada. Y el torero, a la altura del tendido 12 fue herido gravísimamente por “Molinero” de la ganadería de Diego Puerta.
La herida se produjo en la región perirectal izquierda, penetrando en la fosa izquiorecta de igual lado, produciéndole desgarro de la musculatura esfinteriana y desecando el recto sin perforarlo hasta la altura de ampolla rectal en su límite inferior. El torero, que había sido ingresado en una clínica onubense, no mejoraba de sus heridas por lo que su apoderado, José Flores “Camará”, decidió trasladarlo al Sanatorio de Toreros donde debió ser nuevamente intervenido a fin de recuperarle de la gravedad de su estado.
Aquella tarde actuaron José María Sussoni y José Luis Blasco “Caetano” que fueron ovacionados al concluir sus actuaciones.
Al año siguiente se celebró otra novillada en la que se corrieron reses de Román Sorando por parte de José María Sussoni, Pablo Gómez Terrón y Sebastián Palomo Linares. El triunfador de la tarde fue el torero triguereño que realizó una faena valentísima al quinto de la tarde, cortándole las orejas. Tanto Sussoni como Palomo Linares fueron
ovacionados.
El 19 de marzo de 1966 pasará a la historia por ser la fecha en la que tomó la alternativa Antonio Ruiz “Espartaco”. Álvaro Domecq rejoneó un toro de Prieto de la Cal y cortó las dos orejas. Emilio Oliva, que actuó de padrino, recibió una herida, de carácter leve, al nivel del escroto. Paseó el anillo en su primero y oyó palmas en el otro. Efraín Girón no estuvo acertado con la espada, siendo aplaudido, y el alternativado recibió palmas en el de la ceremonia y un aviso en el que cerró plaza.
El último festejo programado para esta festividad fue en el año 1974, anunciándose una novillada de promoción con toreros onubenses celebrada bajo la lluvia. Se lidiaron erales de Víctor Colín de escasa casta, mansos y huidizos. A oreja por coleta salieron Antonio Infantes “Alín”, Miguel Conde, Rafaelito Ruiz y Urbano Corbacho mientras que fue aplaudido José Cunquero. El público salió satisfecho, especialmente con la brillante labor de Miguel Conde, de la que destacaron las verónicas de recibo y unos naturales en los que llevó al novillo bien toreado por lo que, pese al mal uso de la espada, fue premiado
No hay comentarios:
Publicar un comentario