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viernes, 21 de febrero de 2014

Por algo se llama de toros.

“…La Fiesta, por algo se llama de toros. Y no de toreros. Si desparecen los toros, los toreros no tienen razón de ser. Y el toro, lo que se entiende por un toro, no la “tora”, se encuentra muy amenazado. 
Enemigos le cercan por todas partes. Nadie se preocupa por el porvenir de la Fiesta.
Casi todos los que intervienen en ella van a su avío. El avío de enriquecerse lo más pronto posible y con el menor riesgo. Esto se me dirá que es humano. Lo concedo. Lo que no puedo conceder es que sea taurino.
La Fiesta no es inhumana, pero tampoco cómoda. Humanizarla en el sentido que se pretende es exponerla en un plazo corto, pero si fatal a su desaparación. Así, como suena, a su desaparición. 
Donde entra la trampa se acaba el juego. Esto no hay quien lo mueva. Para que la Fiesta subsista con la misma fuerza que lleva en dos siglos, es menester criar el toro bravo, íntegro en su fiereza, sin disminuirla por medios lícitos o ilicitos…”
Antonio Díaz Cañabate
ABC, 13 de Julio de 1959

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