Por Vicente
Parra Roldán
El maestro onubense Miguel Báez
“Litri” estaba en trances de reaparecer en los ruedos, por lo que, a lo largo
del invierno, participó en varios festivales benéficos como el que se celebró
en la plaza de Valverde del Camino en la tarde del domingo 9 de febrero de
1.964, festejo auspiciado por la Real Hermandad del Rocío de la capital con el
fin de recaudar fondos económicos para sus numerosas obras asistenciales.
Ambiente de gala en la capital del
Andévalo y mucho público en los tendidos para presenciar el festejo, que estuvo
presidido por las primeras autoridades provinciales, como los gobernadores
civil y militar; alcalde de Valverde del Camino y, lógicamente, dirigentes de
la Hermandad rociera, con Manuel Garrido al frente en su calidad de hermano
mayor.
En los chiqueros aguardaban reses de
diversos hierros que, lógicamente, tuvieron también una variedad en el
comportamiento, aunque, en líneas generales, todas ellas permitieron el
lucimiento de los espadas anunciados.
Litri mató dos novillos y en ambos
cosechó una importante actuación, demostrando estar en magnificas condiciones
para reaparecer en festejos mayores. Se lució con el capote en ambos oponentes,
moviéndolo de forma reposada y artística que hizo que los graderíos se le
entregaran, como también sucedió con la muleta, con la que embarcó a las reses
en un variado repertorio entre el delirio de los espectadores. A su segundo,
además, Miguel Báez “Litri” supo aguantarle su fuerte arrancada para someterlo
y cuajarle una gran faena. Ni que decir tiene que los máximos trofeos fueron a
parar a las manos del diestro onubense que paseó en varias ocasiones el anillo
valverdeño.
En este festejo también actuaron los
matadores de toros Jaime Ostos, Rafael Jiménez “Chicuelo” y Curro Romero así
como el novillero onubense José Jesús Sánchez “El Zurdo”, quienes también
fueron premiados con los máximos trofeos después de una excelente tarde, en la
que, entre otras cosas, El Zurdo volvió a poner de manifiesto sus grandes
condiciones así como los progresos alcanzados durante su preparación invernal.
Finalizado el festejo, el hermano
mayor hizo entrega a los participantes de un obsequio, un imperdible con la
efigie de la Virgen del Rocío, como recuerdo y agradecimiento de la
colaboración en este festival taurino.
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