Mejora la asistencia público a la plaza a medida que los carteles se van entonando, a pesar de que en algunos casos se cometen las injusticias de siempre en la valoración de ciertos toreros.
Por ejemplo, a Iván Fandiño le siguen negando la entrada en el en esa especie de club social con ingreso restringido, excepto para los chicos del golf, los de la corbata de Hermes en los días de boda y otros eventos de alcurnia. Por eso lo vemos anunciado en los carteles de la clase media, cuando su toreo, su verdad y su apuesta por lo auténtico andan muy por encima de su actual estrato.
Hoy mismo, sin alardes y con una actuación sincera, estuvo a punto de irse en hombros si no le falla, como tantas veces, la espada en el sexto.
Y es que en una tarde de aperitivo, antes de que lleguen hoy los figurones y las gatadas, Fandiño se gustó en el toreo de capa, en lances de rodillas y luego de pié muy ceñidos y reposados. Además intervino en quites con repertorio y acierto.
Su primera faena de muleta se inició con trincheras preciosas y luego corrió la mano en derechazos macizos. Se cruzó de verdad para enganchar la violenta embestida del toreo por el pitón izquierdo. Retronó a los redondos para cerrar con un pinchazo y una estocada fulminante. Esta vez no se le escapó la oreja.
El sexto, sobrero, un novillote con movilidad, sin embargo se apagó pronto aunque Fandiño exprimió lo que buenamente pudo al animalito y decorar aquello con unos molinetes en cadena que entusiasmaron y fallar luego en dos pinchazos antes de la estocada.
El Cid pasó un mal trago cuando el cuarto toro, que se quedaba debajo, lo volteó de mala manera, aunque salvándose de la cornada. Y es que no tuvo suerte con su lote el torero de Salteras. Su primero desarrolló sentido aunque se acopló a la embestida en algunos muletazos hasta que el manso se rajó.
El cuarto, con peligro pregonado le obligó a echarle casta a una faena de recurso sobre la base del valor.
A El Cid el palco le negó la oreja a pesar de que ya le había regalado una a Escribano por una faena ramplona rematada con un infame bajonazo.
En el quinto Escribano bregó sin fortuna ante un toreo moribundo. Pero no importa, Escribano va a torear mucho este año pues lo apodera una casa importante. Cobrará poco pero estará en todas las ferias. Así es esto
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