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sábado, 12 de noviembre de 2011

Aniversario de CHAMACO.





Uno de los símbolos de la Barcelona taurina. Recordar su trayectoria en visperas de la abolición resulta obligada
Antonio Borrero Morano, Chamaco, fallecío en el 2009 a los 74 años, después de una grave enfermedad. Torero de referencia de la Barcelona taurina, había nacido en Huelva el 13 de septiembre de 1935, ciudad en la que se vistió por primera vez de luces el 3 de mayo de 1953.
A la temporada siguiente —7 de marzo de 1954— se presentó como novillero en Barcelona. Su debut fue un suceso extraordonario y durante tres temporadas consecutivas se convirtió en referente exclusivo de la temporada taurina de la Ciudad Condal, en la que se programaban hasta cuatro espectáculos semanales, tres de los cuales eran novilladas con el nombre del diestro de Huelva.
En aquel tiempo mantuvo una rivalidad novilleril con el diestro catalán Joaquín Bernadó, en una época de estupendos novilleros como El Turia, Jaime Ostos, Manolo Chacarte, Gregorio Sánchez, Juanito Gálvez, Juan Antonio Romero, Victoriano Valencia, Paco Corpas...Antonio era entonces más importante en Barcelona que Kubala; el Messi del club catalan de aquella época .
Tras sobrepasar las doscientas novilladas, tomó la alternativa en Barcelona el 14 de octubre de 1956, de manos de Litri, que le cedió un toro de Antonio Urquijo en presencia de Antonio Ordóñez.
No toreó como novillero en Madrid ni tampoco en su primera campaña de matador de toros, en la que actuó en diversas ocasiones con Antonio Bienvenida y el citado Ordóñez. Se presentó en México en la feria guadalupana de 1956 y confirmó la alternativa en Madrid el 21 de mayo de 1958 con Julio Aparicio y Luis Segura en el cartel, enfrentándose a ganado de Alipio Pérez-Tabernero.
Ese día cobró la entonces inaudita cifra de medio millón de pesetas.


En Madrid sólo hizo el paseíllo en cuatro ocasiones más —la última en 1965—, y consiguió tan sólo una debatida oreja un día después de su refrendo doctoral. El no triunfar de manera redonda en Las Ventas le representó un parón.
Toreó 49 corridas en 1957 (con una grave cornada en Bilbao); 80, en 1958, para bajar en 1959 a 27, pues empezó la temporada a mitad de año. 42 toreó en 1960 y 38 en 1961, en el que resultó herido en Sevilla, con la pérdida de la Feria de San Isidro y Pamplona. Tras un paulatino descenso en número de corridas, dejó de torear en 1967, tras haber reaparecido dos años antes, tras un voluntario descanso.
Chamaco fue un toreo de fuerte personalidad. Valeroso y barroco de composición, cosido a cornadas y con cierto duende gitano ,aportó a la Fiesta el pase del fusil y el de la antena, con el dedo levantado al instrumentar el muletazo. Terminó adaptándose a los modos clásicos, especialmente con el capote con el que consiguio registros artisticos de gran nivel. Tomó su apodo por su parecido físico con los indios aztecas.

Chamaco queda en el recuerdo por haber revolucionado la Barcelona taurina, en la que fue un símbolo y un ídolo.

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