
En la Facultad de Económicas me enseñaron las ventajas de los mercados libres y que estos tendían a autorregularse, y también lo difícil que era que los mercados fueran verdaderamente libres. En el Toro nos podemos encontrar con muchas circunstancias que demuestran que su mercado no es libre. Ahí tenemos los empresarios que son también apoderados y hasta ganaderos (yo te pongo a tu torero en mi plaza y tú me pones al mío en la tuya), o los apoderados de grupos de toreros que negocian paquetes completos para las ferias (comentamos que Matilla había amenazado con retirar de Madrid a toreros suyos como Manzanares y El Fandi si no se respetaban los acuerdos del rejoneador Ventura). Son solo ejemplos de lo difícil que es que un mercado sea libre en lo referente a las contrataciones. Pero de ahí a que los empresarios acuerden poner topes salariales conjuntos o rebajas conjuntas va un trecho. Estoy de acuerdo en que hay que buscar soluciones a la falta de espectadores pero no creo que pasen por ahí.
Yo soy partidario de que cada profesional cobre lo que produce y que cada empresario page en función de ello, respetando su propio beneficio. No se debe poner límites a esto, y si no que se lo pregunten a los de NBA americana que están sin temporada de su deporte rey por que querer poner topes salariales a los jugadores.
Lo que no es normal es, por ejemplo, que la entrada del Domingo de Resurrección en Sevilla, con ese pedazo de cartel cueste lo mismo que una de preferia, con perdón, cuando tenía que costar tres veces más. Cada empresario conoce su casa y su negocio. Es cierto que hay que abaratar los costes del espectáculo y de las entradas y que eso pasará, necesariamente, por una rebaja de los honorarios de los toreros. Pero tomemos esto caso a caso, sin topes impuestos, ni cárteles y respetando la libre competencia.
Fdo :IGNACIO SÁNCHEZ- MEJIAS
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