
Hay que abrir los carteles, fuera de la monotonía de las figuras combinadas de tres en tres.
Pero hay que abrir también el diapasón de las ganaderías a elegir para cada ocasión. Como principios de actuación, a ellos se han adherido los gestores de Sevilla y Madrid, que constituyen las claves del año taurino.
Habrá que ver ahora con qué grado de éxito, que eso ya depende también de la amplitud de miras de quienes forman el grupo selecto de las figuras.
Lo único cierto es que así también, aunque no solo, se camina hacia la regeneración

consolidados con los nuevos que se han ganado el sitio el último año”. Así se lo ha dicho tanto a Carlos Crivell, en El Mundo y en sevillatoro.es [1], como a Fernando Carrasco, en ABC de Sevilla [2].
Una idea muy similar expresaba Manuel Martínez Erice, en su entrevista con Iñigo Crespo para el semanario “Aplausos” [3]; pero el gestor para 2016 de Las Ventas después de enfatizar la necesidad de esa combinación de figuras y toreros nuevos, además advertía: “No sólo lo creo, estoy convencido de que debemos hacerlo. Nuestra idea de cara al próximo San Isidro es esa. Otra cosa es que nos encontremos con el problema de siempre, que es que todas las figuras quieran las mismas ganaderías. El verdadero lío, se encuentra ahí. Le aseguro que todos los toreros figuras, si les preguntan uno por uno, están encantados de torear con los jóvenes. Sin embargo, a la hora de las contrataciones resulta imposible porque al final todas las figuras se pelean por las mismas ganaderías”.

No cabe tener mejores principios. Pero también ser conscientes de las dificultades que se van a encontrar para ponerlos en práctica. Y es que resulta evidente que esa intención de combinar toreros consolidaos con otros nuevos no va a ser empeño fácil, por más que resulte cada día más necesario. Al menos, ya ha sido todo un descubrimiento el que han hecho grandes empresarios, como los citados, al considerar indispensable dar entrada y debidamente situados a los toreros nuevos, esos de los que ahora se lamenta Martínez Erice que cometieron el error de no dejarles confirmar en los pasados abonos de Madrid.

Quiere todo ello decir que estamos ante una doble apertura, una doble condición sine qua non, sin la que no es posible la renovación: abrir los carteles y abrir el elenco de ganaderías más allá del monoencaste tan repetidamente anunciado en sus muchísimas variantes.
Martínez Erice declara una intención muy oportuna: “En primer lugar nos tendremos que poner serios con quienes digan que o matan una determinada ganadería o no pisan Madrid”.
Como declaración de principios, intachable; como propuesta viable, dependerá del grado de afición y responsabilidad de las figuras, para renunciar a algunas comodidades --que debieran ser pasado-- en beneficio del espectáculo. Y es que asumir este compromiso también supone para tales figuras trabajar por devolver a la Fiesta toda su integridad. No es la única manifestación necesaria, pero va por ese buen camino.
Se intuye con facilidad que otro camino a desandar es el de tantos mano a mano, las más de las veces ficticio en interés, como han proliferado en los últimos años. Carentes de los alicientes necesarios que los justificaran, tan sólo servían para aligerar los presupuestos de organización y para comodidad de los actuantes. Y nada digamos de esa fórmula que se dice innovadora de un rejoneador y una figura.
Salvo contadas excepciones, hay que volver a la terna habitual.
Y a la vieja costumbre de, cuando resulte necesario como aliciente suplementario, colocar por delante a un rejoneador.
Es más, si repasamos a vuelapluma la historia, el mano a mano siempre fue el cartel que se organizaba a toda prisa después que dos toreros hubieran tenido una tarde gloriosa, no estaba prefabricado con meses de antelación. Es lo que ocurrió con el de Urdiales y López Simón en el otoño madrileño, que acabó siendo lo de mayor atractivo para los aficionados. ¿Qué eso fuera de un abono no responde en taquilla? Todo dependerá del atractivo real de los toreros y de la ganadería seleccionada.
En suma, junto a la regeneración y la diversidad del toro que se lidia, esos sanos propósitos de traer a los ruedos todos alicientes a los que aspira la afición van a depender de la generosidad y de la apertura de miras de todos, que a algo deberán renunciar en ese camino.
Se entiende perfectamente que Morante, para reconciliarse con Sevilla, haya pedido hacer cinco tardes el paseíllo. No es el primero que lo hace, que con muchos menos festejos en el abono ya lo hizo una vez Antonio Ordóñez y luego lo repitió Curro en diversas temporadas.

Aquí se ejemplifica con Morante porque es el que más recientemente se ha pronunciado sobre estos temas. Pero de forma idéntica se podría razonar con el resto de quienes forman el grupo de las figuras. A todos compete asumir compromisos semejantes. Hay que repartir la tarta disponible. No queda otro camino. Mas: le haríamos un flaco servicio a la Fiesta si se renunciara a ello.
En el fondo, tendríamos que hacer posible aquel milagro de nuestras abuelas cuando al trinchar el pavo navideño conseguían que hubiera, a voluntad de cada uno de los nietos, pata o pechuga. No se sabe muy bien como lo lograban, porque el animal inexorablemente sólo tenía una pechuga y dos patas; pero maravillosamente y a gusto de todos, las multiplicaban todas las veces que fueran necesarias.
[1]CARLOS CRIVELL: La Feria de Sevilla, del 3 al 17 de abril de 2016:
http://sevillatoro.es/?p=217637
http://sevillatoro.es/?p=217637
[2]FERNANDO CARRASCO: La Feria de Abril 2016 tendrá quince días continuados de festejos taurinos:
http://sevilla.abc.es/cultura/toros/20151023/sevi-feria-abril-aumento-201510230914.html
[3]IÑIGO CREPO: “Nuestra idea es volver a presentarnos con la intención de ganar”:
“Aplausos” nº 1985 y http://www.aplausos.es/noticia/32038/noticias/nuestra-idea-es-volver-a-presentarnos-con-la-intencion-de-ganar.html
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