



Y todo esto sin apoyo del sector, por voluntad propia. "Me sentía, en cierto modo, un poco obligado. Es bueno que cada aficionado aporte lo que sabe para tratar de defendernos si no lo hacen los que realmente viven de ello. La afición siempre tira del carro". Economía encarnada en un solo hombre contra la maquinaria animalista que tiene como objetivo laminar el toreo. "En los últimos años hay un movimiento financiado por determinadas empresas que facturan miles de millones de dólares con interés en humanizar a los animales. La sociedad ha cambiado y quieren aprovecharlo.Las mascotas han sustituido a los hijos. Por ello, han tomado como objetivo los toros", afirma.
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