Semana Grande de San Sebastián
La corrida no estaba a tono con la importancia de una tarde de acontecimiento

La presencia de José Tomás era sin duda el resorte de esta inmensa ilusión. Sí, ilusión por verle en Donosti después de casi 16 años. En el paseíllo le acompañaba El Juli. Un mano a mano, porque allí sobraba el caballo de Pablo Hermoso. José Tomás y El Juli. mucha tela. Pero a la postre mucha tela, pero sin toro delante.
La novillada que envió Garcigrande no era de recibo. Este acontecimiento merecía y exigía un toro digno, no digo el de Madrid o Bilbao, no, digo un toro.
Excepto, y lo digo claro y diáfano: toreó José Tomás. Suyos fueron los momentos importantes de la tarde, especialmente la faena a ese animalito repetidor e incómodo que salió en quinto lugar y al que le cuajó dos tandas de naturales portentosos, venciendo con temple infinito la arisca embestida del novillo. Esos momentos y unos lances por delantales a ese mismo ejemplar, de pura seda, han resumido lo más importante de una tarde en la que Tomás estuvo pesadísimo con la espada.
Sobraba, en efecto Pablo Hermoso en una desangelada actuación. Perfecto el presidente negando una oreja en el cuarto. No había motivo para ella.
Plaza de Illumbe. Segunda corrida. Lleno. Toros de BOHÓRQUEZ (rejones) y de GARCIGRANDE , de pobre presencia y con movilidad. PABLO HERMOSO. Dos pinchazos y pinchazo hondo (silencio). Rejón trasero (saludos). JOSÉ TOMÁS , de azul y oro. Dos pinchazos, estocada y tres descabellos (saludos). Pinchazo y estocada (una oreja). EL JULI , de caldero y oro. Estocada caída (dos orejas). Estocada caída (palmas).
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