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viernes, 19 de agosto de 2016

Épica y drama de un grandioso Roca Rey en Málaga.

Desbaratado, se llevaron al héroe a la enfermería, ya blanco y sin aliento, casi inconsciente. Y me pareció ver cómo cogía de los pelos a alguien pretendiendo volver al ruedo, hasta que definitivamente se desvaneció en brazos de los suyos.
Sólo un toro podía frenar a este huracán que parece soplar desde las más recónditas entrañas del Machu Picchu. A ese muchacho cuya ambición parece no tener fin.
 A ese guerrero de mente preclara y corazón indomable.
Había imantado en su muleta a un toro reservón y áspero,  y tras sacarle series limpias y ligadas a fuerza de quietud y mando, el enemigo se cobró venganza empitonándolo dramáticamente a la altura del estómago, y zarandeándolo después con saña hasta dejarlo machacado en la arena. 
Parecía muerto pero regresó a la batalla, y el público, puesto en pie, se partió las manos aplaudiendo impresionado ante aquel derroche de entrega, ante aquella lección de hombría.  Varias series soberbias en redondo y una última, milagrosa, al natural, por el pitón donde había podido finar minutos antes. 
Casi ya sin oxígeno entró a matar varias veces, pinchando en todas las ocasiones, hasta que literalmente no pudo más y tuvieron que recogerlo otra vez del albero para llevárselo al hule.
La gesta tuvo lugar en La Malagueta y ante dos toreros ya históricos. El mitin de Morante con su primero acabó como el rosario de la aurora. O sea, tres avisos y una bronca de las antiguas. Luego, unos lances al cuarto toro lo congraciaron con la plebe, pues fueron de deleite por lentos, acompasados y hondos. De mucho cante, como lo fue la media abrochada en la cadera. 
El toro,  que parecía de clase, perdió en ese castigo la bravura y llegó a la muleta queriendo poco.
Tampoco quisieron los del Juli, aunque la media con el capote vuelto que le pegó al manso lidiado en segundo turno a mí no se me olvida.
 A estas horas Andrés Roca Rey sigue ingresado en un hospital de Málaga. 
De mi parte, alguien debería decirle que así caen los valientes.
Por Álvaro Acevedo

PARTE MÉDICO DE ROCA REY: 
"Herida contusa por asta de toro en abdomen. Herida inciso-contusa en tercio externo izquierdo del labio superior que interesa a piel con una trayectoria de unos dos centímetros y mucosa gingival, unos 4 centímetros de longitud en su parte interna. Sin pérdida de piezas dentales”.

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