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jueves, 25 de agosto de 2016

UN TORO DE BANDERA

De  los hermanos Lozano se puede decir cualquier cosa como ganaderos, menos que no tienen la varita mágica del gran toro que es capaz de tapar un desastre como el de ayer. Y así ocurrió, como en Madrid, como aquí mismo el año pasado. Y esta vez se repiten los protagonistas en Bilbao: un toro excepcionalmente bravo y Diego Urdiales enfrente.

 "Atrevido", como se llamaba el berrendo en castaño, tuvo clase y motor, mucho fondo y un pitón izquierdo de ensueño.
 Y Urdiales, aunque algo tarde, supo explotar esa mina con naturales meciendo los vuelos de la tela. Esos muletazos, su concepto purísimo del toreo y el reposo en la elaboración de las suertes nos redimen de tanta zafiedad. La faena no fue redonda como hace un año, pero marca distancias con lo de todos los días.

Tuvo, además, la inspiración de finalizar con unos naturales de frente torerísimos y una gran estocada. Las dos orejas de una vez concedió el palco. Yo habría esperado a que pidieran la segunda.
 En el quinto Urdiales anduvo en la cara del toro con suficiencia ante la nula embestida del animal. Como Ginés Marín, que sustituyó a Roca Rey, y estuvo muy por encima de un lote infumable, especialmente meritorio con el sexto, inventándose, literalmente, una faena donde no había nada
Morante de la Puebla se llevó un lote morucho pero se inhibió, ante la ira de la gente.
Bilbao, miércoles 24 de agosto de 2016. Quinta de las Corridas Generales. Toros de Alcurrucén, el 5º como sobrero tras devolverse el titular por blando. Bien presentados, serios, variados de hechuras y capas. Destacó el espectacular 2º, de nombre "Atrevido", nº 70, berrendo en colorado, de 540 kilos y nacido en octubre de 2011, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre por su bravura y clase. Fue el mejor del encierro. El resto, desrazados y aplomados en su mayoría. Morante de la Puebla, silencio y bronca; Diego Urdiales, dos orejas y silencio; y Ginés Marín, ovación con saludos y vuelta al ruedo. Entrada: Más de tres cuartos. Diego Urdiales fue obligado a saludar tras el paseíllo en recuerdo de su gran faena del pasado año en esta plaza. Destacó toda la tarde lidiando con el capote José Antonio Carretero.

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